martes, 29 de abril de 2008

Tu luminosa plenitud

Tu luminosa plenitud asecha los campos grises de la inacción. Tu sol empieza a salir de vuelta como si nada hubiera ocurrido.
El tiempo se detiene a tu paso. Los infértiles deseo de ayer vuelven a tomar forma, una ves más, de vuelta están ahí, a la espera del gran encuentro.
Sal de las sombras de una ves y para siempre, te quiero ver entera sin misterios, es que en todo este tiempo me he perdido en tus laberintos encumbrados.
Tal ves tenga otra oportunidad, pero esta ves quiero que sea para siempre.

Contacto


Ella está del otro lado ahora. Ella esta ahí presente en este momento. Yo estoy sentado aquí, solo percibo su presencia.
Ella está ahí justo ahora. Yo solo me hago preguntas. No se si esta por salir, no se si dormirá después. Alo mejor esta conversando pero no se con quien. Capaz que está viendo una película norteamericana. O también capaz que esté cenando ahora.
Yo solo imagino las mil cosas que ella puede estar haciendo. Tampoco tengo claro si siento cosas profundas por ella, pero si se que siento cosas diferentes.
Todo este tiempo has estado allí, y yo solo he apreciado tu presencia casi fantasmagórica, dibujada en el monitor, moviendote vertiginosamente pero con cautela.
Vos estás allí ahora y yo solo me hago preguntas.
Yo permanezco en mi rol pasivo, teorizo, imagino, analizo e interpreto mil posibilidades, pero si de algo estoy seguro es que jamás te voy a preguntar -¿Qué haces?-

Lago en el cielo


Un lago en el cielo
quiero ser suave
para evitar tu dureza
apago tu fuego
enciende mi agua
puede que no haya certezas
 
Vamos despacio
para encontrarnos
el tiempo es arena en mis manos
por tus marcas
cuanto has amado
más de lo que prometiste
 
Hoy te apuré
(estaba tan sensible)
son espejismos que aumentan la sed
si adelanté no me hagas caso
a veces no puedo con la soledad.

Vamos despacio
para encontrarnos
el tiempo es arena en mis manos.
sé por tus marcas
cuanto has dejado
para olvidar lo que hiciste
sentir algo que nunca sentiste
Sos el paisaje más soñado
y sacudiste las más sólidas tristezas
y respondiste cada vez que te he llamado
 
Vamos despacio
para encontrarnos
el tiempo es arena en mis manos
un lago en el cielo
es mi regalo
para olvidar lo que hiciste
y sentir algo que nunca sentiste
hacerte sentir
algo que nunca sentiste

Gustavo Cerati

5 preguntas a Martín Caparros.


HISTORIAS. "Hay muchas que pasan por debajo de mi nariz, pero pocas que me quedan enredadas en el bigote".

1. ¿Existe el tan mentado "boom de la historia"?
Sí, por un lado la historia explotó y por el otro, hay quienes la explotan. ¡Esto es una asociación de explosiones! Vamos a ver si dentro de algunos meses nos llega la paz.

2. ¿Algún libro para recomendar?
Yo personalmente tengo muchas ganas de leer "Dios es redondo" de Juan Villoro. Es un ensayo sobre el fútbol. Lo recomiendo, aunque todavía no lo tengo.

3. ¿Te imaginás al lector ideal de Martín Caparrós?
Sí, lector ideal es cualquiera que lea entera y apasionadamente mis historias.

4. ¿Cómo elegís los casos en los que se basan tus libros?
Nunca sé como llegan, pero llegan. En realidad, hay muchas historias que me pasan por debajo de la nariz, pero pocas me quedan enredadas en el bigote. Me encantaría saber por qué es que pasa eso, pero no lo sé. Simplemente, hay algunas historias en las que sigo pensando una semana después. A veces dejo pasar un mes o dos, para ver si en ese tiempo siguen pareciéndome interesantes.

5. Y con Soledad Rosas, ¿qué fue lo que te pasó?
Yo no vi las noticias sobre su muerte, porque ese año estaba viviendo en Nueva York y no me enteré de nada. Un par de años después, durante un mismo fin de semana, tres personas completamente distintas me hablaron de esa historia. Por eso quise enterarme de lo que había pasado y empecé a investigar. Y, aunque dejé marinar la historia un tiempo, me siguió interesando. Y bueno, la retomé.

Reportaje realizado en oportunidad de la 32 Feria del Libro en Ciudad de Bs As.
webblogs Clarín


martes, 22 de abril de 2008

Medios “argentinos” vs. Cristina Fernandez


Horacio Brignone

El grupo Clarín es el conglomerado de medios más grande de Argentina, integrado, entre otros, por el diario del mismo nombre, Canal 13, el canal de noticias TN y radio Mitre. Además, recientemente anunció que tomó el control absoluto del diario La Voz del Interior, de Córdoba, al adquirir el 50% restante de CIMECO (compañía inversora de medios de comunicación), hasta entonces en manos del grupo La Nación.

El grupo Clarín, a su vez, pertenece al fondo de inversión estadounidense GOLDMAN SACHS y otros inversores privados.

Fintech Advisory, otro fondo estadounidense, acaba de adquirir el 40% de las dos principales empresas de televisión por cable del país, ahora unificadas: Cablevision y Multicanal. El grupo Clarín compró el 60% restante.

De ese modo, dos fondos buitres estadounidenses son propietarios de casi toda la televisión por cable y de la mayor empresa de comunicación del país.

La SIP (Sociedad Interamericana de Prensa) es la referencia internacional de Clarín y La Nación, una especie de sindicato de patrones de medios que estuvo detrás de cuanto golpe de estado hubo en América Latina y se autotitula fiscal de la libertad de prensa. La SIP nació en el año 1943 en La Habana de Batista, cuando la URSS y EEUU luchaban contra los fascismos. En sus decisiones, cada país tenía un voto. Sin embargo, en el año 1950, reunida en EEUU, la SIP dio un golpe de estado interno y desde entonces, fue un voto por cada órgano de prensa. Conclusión: EEUU pasó de tener un (1) voto a tener cuatrocientos veinticuatro (424) votos, que hasta el día de hoy constituye mayoría absoluta. El resto de los medios apenas superan los 300. Documentos desclasificados de la CIA en el año 1999 demuestran los vínculos entre la CIA y la SIP, especialmente en procesos de desestabilización de Allende en Chile o Arbenz en Guatemala, mientras dictaduras de Somoza en Nicaragua o Trujillo en República Dominicana, eran los ángeles tutelares del pensamiento libre.

En 1951 el escritor y periodista venezolano Miguel Otero Silva, propietario de El Nacional de Caracas reclamó que "el cambio de estatutos aprobado en Nueva York violaba las normas más fundamentales de la organización, dándole el carácter que ahora tiene: una entidad exclusivamente patronal de intercambio comercial, estrictamente controlada por los vendedores de papel, las agencias noticiosas y los buscadores de avisos que residen en Estados Unidos. Nada más inoportuno en ese ambiente que un periodista ". Otero Silva denunció además como tendencioso un informe de la SIP en el cual “mientras se le dedicaba 80 o 90 por ciento de su contenido a relatar minuciosamente los atropellos cometidos por Perón contra la libertad de expresión, se tendía un piadoso y cómplice manto sobre las dictaduras latinoamericanas"….”daba vergüenza ver en aquella asamblea de Montevideo a los esbirros intelectuales de Rafael LeónidasTrujillo bramando en la tribuna para decir que Perón era un tirano y que en su país, en cambio, se disfrutaba de una absoluta libertad de pensar".

El Gran Premio Chapultepec, que otorga la SIP, en el año 2007 fue concedido, en Colombia, al Banco Mundial. Bartolomé Mitre, Presidente de la Comision de Chapultepec y director de La Nación dió el discurso de rigor.

Por entonces, la institución, manejada por los EEUU, estaba a cargo de Paul Wolfowitz, un integrante del grupo de psicópatas que gobierna al gran país del norte.

En el año 2000, el diario La República de Montevideo renunció públicamente a la SIP, al designarse al vocero de la última dictadura uruguaya, Danilo Arbilla, como su presidente. Durante su gestión se clausuraron en Uruguay 173 medios de prensa. Como premio fue elegido presidente de la SIP. Puede recordarse la disputa verbal que tuvo Arbilla con Nestor Kirchner en el año 2005.

Porque, no se piense que sólo van contra gobiernos de izquierda. Sus víctimas son también nacionalistas, progresistas o tibiamente reformistas. Al menor movimiento del tablero neoliberal, la SIP arremete con su descascarado batallón. Así se explica la actual rotura de lanzas del grupo Clarín con el gobierno de Cristina Fernández cuando aumentó, más allá de lo “tolerable”, el impuesto a la exportación de la supervaluada soja.

Gobiernos y procesos eleccionarios tienen como principal protagonista a la SIP, la CIA y sus esbirros que ponen y sacan presidentes, con reuniones claves en cada país elegido. En 1972 la reunión anual de la SIP fue en Chile, denunciando "atropellos" a la libertad de prensa. En 1973 Pinochet dio el golpe criminal contra Allende. La última reunión de la SIP fue en Caracas, Venezuela, entre marzo y abril de 2008, donde, obviamente, expresó que no podía expresarse.

Sólo que esta vez ya no lidió con débiles gobiernos. Conocedor del paño, el gobierno venezolano organizó una conferencia sobre Terrorismo Mediático que opacó las conclusiones del tándem SIP-CIA-AGENCIAS DE INFORMACION. No fue tan difícil. El vocero de la SIP en esta reunión de Caracas fue el conocido Danilo Arbilla.

Habrá que ver si el gobierno de los Kirchner, antes que sea demasiado tarde, insiste en no revisar el grueso error estratégico de haber prorrogado por otros 10 años las concesiones a las más grandes empresas de radio y televisión. El peligroso acercamiento al gobierno de Estados Unidos parece anunciar que persiste en el equívoco de creer que la derecha está dispuesta a compartir poder.

Los formadores de intelectuales y periodistas para la libertad de mercado concluyeron, hace pocos días, su reunión en la ciudad de Rosario, a la que asistió un muestrario de la ultraderecha occidental, cuya nómina, previa dosis de “Reliverán”, se puede consultar por Internet.

¿Será también Argentina la próxima sede de una reunión de la SIP? Ya estoy temblando.

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(*) Los datos históricos de la SIP fueron extraídos del trabajo de investigación presentado por el gobierno de Venezuela, titulado “La historia Negra de la SIP” http://archivos.minci.gob.ve/doc/folletolahistorianegradel.pdf

Esa mujer


La señora pelirroja nos genera una rara mezcla de ternura y perversión.Cuando sube al colectivo ella es la única. Todos la observan incluso las mujeres.La señora pelirroja debe tener unos 40 años, supongo que debe ser casada, pero también supongo que debe compartir su belleza. Es una señora encantadora, no conozco su nombre, tampoco su voz, pero puedo imaginármela si pongo dedicación.La señora pelirroja tiene unos ojos azules brillantes que emulan al océano cuando las miradas hacen intersección.Pienso que la señora pelirroja también tiene hijos, pero sus hijos no empañaron en nada su belleza.Su cuerpo parece moldeado por científicos que trabajan arduamente para detener el envejecimiento.Esa mujer manipula sus misterios y yo, y yo me dejo llevar por las fantasías que ella pone en juego, mientras sigo viaje en el colectivo.

Dije economía política, estupido...


Dije economía política, estúpido
Slavoj Zizek

I

Dos películas inglesas recientes –dos relatos sobre la traumática desintegración de la identidad masculina de la vieja clase obrera- expresan dos versiones opuestas del punto muerto de despolitización en el que estamos.

Tocando al viento (Brassed off) se centra en la relación entre la lucha política “real” (la lucha de los mineros contra las amenazas de cierre de minas, legitimadas por el progreso tecnológico) y la expresión simbólica idealizada de la comunidad de los mineros: su banda de música. Al principio, los dos aspectos parecen oponerse: para los mineros, presos en la lucha por la supervivencia económica, la actitud de “¡La música es lo único que me importa!” del viejo director de la banda, que está muriéndose de un cáncer de pulmón equivale a una insistencia vana y fetichizada en la forma simbólica vacía, des provista de sustancia social. Sin embargo, cuando los mineros pierden la batalla política, la actitud de “La música importa”, su insistencia en tocar y participar de un concurso nacional, se convierte en un gesto simbólico de desafío, un verdadero acto de afirmación de fidelidad a la lucha política. Como dice uno de los personajes: cuando ya no hay esperanza, lo único que queda es ser fiel a los principios… En suma. El acto se produce cuando llegamos a esa encrucijada –o más bien a ese cortocircuito- de niveles, de modo que la insistencia en la forma vacía (no importa lo que pase, seguiremos tocando en nuestra banda…) se convierte en una señal de fidelidad al contenido (a la lucha contra el cierre y por la conservación del estilo de vida de los mineros.)La comunidad minera pertenece a una tradición condenada a desaparecer. Y es precisamente aquí donde hay que evitar la trampa de acusar a los mineros de defender el viejo estilo de vida reaccionario, machista, y chauvinista de la clase obrera: el principio de ujna comunidad reconocible es una razón por la que vale la pena luchar, y bajo ningún punto de vista hay que dejarla en manos del enemigo.

Todo o nada (The Full Monthy), nuestro segundo ejemplo, es –como La sociedad de los poetas muertos o Luces de la ciudad- una de esas películas en las que la línea narrativa se mueve en dirección a su clímax final; en este caso, el desnudo total que los cinco desocupados hacen en el local de striptease.

Ese gesto final –ir “hasta el fondo”, mostrar sus sexos ante una platea abarrotada- implica un acto que, aunque opuesto, en un sentido, al de Tocando al viento, en última instancia equivale a lo mismo: la aceptación de la pérdida.

Lo heroico del gesto final de Todo o nada no está en persistir en la forma simbólica (tocar en la banda) cuando su sustancia social se desintegra sino, por el contrario, en aceptar lo que, desde la perspectiva de la ética de la clase obrera masculina, no puede sino aparecer como la última humillación: renunciar a la falsa dignidad masculina (recuerden el famoso rozo de diálogo cerca del principio, cuando uno de los héroes, después de ver a unas mujeres orinando de pie, dice que están acabados, que ellos –los hombres- han perdido el tren. La dimensión tragicómica de la situación reside en el hecho de que el carnavalesco espectáculo (de desnudarse) no está protagonizado por los stripers habituales, bien dotados, sino por hombres comunes, decentes, tímidos, relativamente maduros, que decididamente no son apuestos. Su heroísmo consiste en que deciden llevar a cabo el show aún siendo conscientes de que no tienen es aspecto físico apropiado. Ese desajuste entre el acto y la inconveniencia obvia de los actores le confiere al acto su verdadera dimensión sublime: el divertimento vulgar del desnudo, el acto se convierte en una especie de ejercicio espiritual: se trata de renunciar al falso orgullo. (El mayor de los hombres, ex capataz del resto, se enteran poco antes del show, de que ha conseguido un trabajo, pero aun así decide unirse a sus compañeros en el acto de fidelidad: la clave del show no es simplemente ganar el dinero que tanto necesitan: es una cuestión de principios.)

Lo que hay que tener presente, sin embargo, es que ambos actos, el de Tocando el viento y el de Todo o nada, son actos de perdedores. Esto es, dos modos de enfrentarse con la pérdida catastrófica: insistiendo, en un caso, en la forma vacía como fidelidad al contenido perdido; en el otro, renunciando heroicamente a los últimos vestigios de falsa dignidad narcisística y consumando un acto para el cual son grotescamente inapropiados. Y lo triste es que en algún sentido ésa es nuestra situación hoy. Hoy, después del desmoronamiento de la idea marxista de que es el capitalismo mismo el que, bajo el disfraz del proletariado, genera la fuerza que lo destruirá, ningún crítico del capitalismo, ninguno de los que tan convincentemente describen el vórtice mortal al que está arrastrándose el así llamado proceso de globalización, tiene alguna idea clara de cómo podemos librarnos del capitalismo. En suma, no estoy pregonando un simple retorno a las viejas nociones de lucha de clases y revolución socialista. La pregunta de cómo es posible socavar realmente el sistema capitalista global no es una pregunta retórica. Tal vez no sea realmente posible, al menos no en un futuro inmediato.

Hay pues, dos actitudes: o la izquierda se enrola hoy nostálgicamente en el encantamiento ritual de las viejas fórmulas, ya sean las del comunismo revolucionario o las del Estado de Bienestar del reformismo socialdemócrata, desdeñando la nueva sociedad posmoderna como una cháchara vacía y a la moda que vela la dura realidad del capitalismo actual; o acepta el capitalismo global como el “único juego que hay en la plaza” y sigue la doble táctica de prometer a los empleados el mantenimiento de un máximo posible de Estado de Bienestar, y a los empleadores el pleno respeto de las reglas del juego (del capitalismo global) y las firmes censuras de las demandas “irracionales” de los empleados. Así, en las políticas de izquierda actuales, nos vemos limitados, en efecto, a elegir entre la actitud ortodoxa de tararear las viejas canciones comunistas o socialdemócratas (aunque sabemos que ya se les pasó el cuarto de hora) y la actitud centro-radical del neolaborismo, que consiste en hacer un desnudo total, en librarnos de los últimos vestigios del discurso izquierdista…

II

La gran novedad de la era pospolítica actual —la era del “fin de las ideologías”— es la despolitizacion radical de la esfera de la economía: el modo en que la economía funciona (la necesidad de recortar el gasto social, etc.) es aceptado como un simple dato del estado de cosas objetivo. Sin embargo, en la medida en que esta despolitización fundamental de la esfera económica sea aceptada, todas las discusiones sobre la ciudadanía activa y sobre los debates públicos de donde deberían surgir las decisiones colectivas seguirán limitadas a cuestiones “culturales” de diferencias religiosas, sexuales o étnicas —es decir, diferencias de estilos de vida— y no tendrán incidencia real en el nivel donde se toman las decisiones de largo plazo que nos afectan a todos. En suma, la única manera de crear una sociedad donde las decisiones críticas de largo plazo surjan de debates públicos que involucren a todos los interesados es poner algún tipo de límite radical a la libertad del Capital, subordinar el proceso de producción al control social. La repolitización radical de la economía. Esto es: si el problema con la pospolítica actual (la “administración de los asuntos sociales”) es que cada vez socava más la posibilidad de una acción política verdadera, ese socavamiento responde directamente a la despolitización de la economía, a la aceptación común del Capital y de los mecanismos del mercado como herramientas/procedimientos neutros que deben ser explotados.

Ahora podemos comprender por qué la pospolítica actual no puede acceder a la dimensión verdaderamente política de la universalidad: porque impide que silenciosamente la esfera de la economía se politice. El terreno de las relaciones del mercado capitalista global es la Otra Escena de la así llamada repolitización de la sociedad civil pregonada por los partidarios de las “políticas de identidad” y otras formas posmodernas de politización: en la discusión sobre las nuevas formas de política que brotan en todas partes, centradas en cuestiones particulares (derechos gays, ecología, minorías étnicas…), en toda esa actividad incesante de identidades cambiantes y fluidas, en toda esa construcción múltiple de coaliciones ad hoc, hay algo inauténtico, algo que, en última instancia, se parece demasiado a la actitud del neurótico obsesivo, que habla todo el tiempo y despliega una actividad frenética precisamente para garantizar que algo —lo que realmente importa— no sufra perturbación alguna y permanezca inmovilizado. Así, en vez de celebrar las nuevas libertades y responsabilidades proporcionadas por la “segunda modernidad”, es mucho más importante centrarse en aquello que permanece idéntico en medio de esa fluidez y esta reflexividad globales, en lo que funciona como el verdadero motor de esa fluidez: la lógica inexorable del Capital. La presencia espectral del Capital es la figura del Otro que no sólo sigue siendo operativo cuando se desintegran todas las encarnaciones tradicionales del Otro simbólico, sino que directamente provoca esa desintegración: lejos de enfrentarse con el abismo de la libertad —cargado como está con el peso de una responsabilidad que no se alivia recurriendo a la mano auxiliadora de la Tradición o la Naturaleza—, el sujeto actual está preso, ahora quizá más que nunca, en una compulsión inexorable que gobierna efectivamente su vida.

III

La ironía de la historia es que, en los países ex comunistas de Europa del Este, los comunistas “reformados” fueron los primeros que aprendieron la lección. ¿Por qué muchos de ellos volvieron al poder por la vía de elecciones libres a mediados de los años ’90? Ese retorno prueba de manera definitiva que, en efecto, esos estados han entrado en el capitalismo. Lo que equivale a preguntarse: ¿qué es lo que defienden hoy los ex comunistas? Dada su relación privilegiada con los nuevos capitalistas emergentes (la mayoría miembros de la vieja nomenklatura que privatizó las compañías que alguna vez dirigieron), ellos forman, ante todo, el partido del gran Capital; más aún, para borrar los rastros de su breve pero aun así traumática experiencia con una sociedad civil políticamente activa, se fijaron la regla de abogar por una rápida desideologización, se retiraron del compromiso con la sociedad civil activa para refugiarse en el consumismo pasivo y apolítico, las dos rasgos verdaderos que caracterizan al capitalismo contemporáneo. Así, los disidentes se quedan azorados cuando descubren el papel de “mediadores evanescentes” que jugaron en el pasaje del socialismo al capitalismo, y que la clase que gobierna ahora es la misma que la de antes, sólo que con un nuevo disfraz. Es un error, pues, sostener que el retorno de los ex comunistas al poder muestra hasta qué punto la gente, decepcionada por el capitalismo, añora la vieja seguridad socialista; en una suerte de “negación de la negación” hegeliana, el socialismo aparece efectivamente negado sólo cuando los ex comunistas vuelven al poder; esto es, lo que los analistas políticos perciben (equivocados) como “decepción” ante el capitalismo es en realidad decepción ante el entusiasmo ético-político para el cual no hay lugar en el capitalismo “normal”. De modo que habría que reafirmar la vieja crítica marxista de la reificación: hoy, poner el énfasis en la despolitizada lógica economica “objetiva” contra las formas supuestamente “fechadas” de las pasiones ideológicas es la forma ideológica predominante, dado que la ideología siempre es autorreferencial, esto es, se define a sí misma gracias a la distancia que la separa de un Otro rechazado y denunciado como “ideológico”. Por esa razón precisa —porque la economía despolitizada es la “fantasía fundamental”, no reconocida como tal, de la política posmoderna—, un acto verdaderamente político implicaría necesariamente la repolitización de la economía: en el contexto de una situación dada, un gesto cuenta como acto sólo en la medida en que perturba (“atraviesa”) su fantasía fundamental.

Así, a medida que la izquierda moderada, de Blair a Clinton, acepta plenamente esa despolitización, asistimos a una extraña inversión de roles: la única fuerza política seria que sigue poniendo en cuestión las reglas irrestrictas del mercado es la extrema derecha populista (Buchanan en EE.UU., Le Pen en Francia). Cuando Wall Street reaccionó negativamente ante una caída de la tasa de desempleo, Buchanan fue el único que señaló la obviedad de que lo que es bueno para el Capital obviamente no es bueno para la mayoría de la población. Contra la vieja creencia de que la extrema derecha dice abiertamente lo que la derecha moderada piensa en secreto pero no se atreve a decir públicamente (afirmar abiertamente el racismo, la necesidad de una autoridad fuerte y la hegemonía cultural de los valores occidentales, etc.), nos enfrentamos ahora con una situación en la que la extrema derecha dice abiertamente lo que la izquierda moderada piensa en secreto pero no se atreve a decir en público (la necesidad de frenar la libertad del Capital).

Tampoco habría que olvidar que las milicias derechistas remanentes suelen parecerse mucho a una versión caricaturesca de los resquebrajados grupos de militantes de extrema izquierda de los años ’60; en ambos casos se trata de una lógica radical antiinstitucional: el enemigo último es el aparato represivo de Estado (el FBI, el ejército, el sistema judicial) que amenaza la supervivencia misma del grupo, y el grupo se organiza como un cuerpo fuertemente disciplinado para poder hacer frente a la presión. El contrapunto exacto de esto es un izquierdista como Pierre Bourdieu, que defiende la idea de una Europa unificada como un “Estado social” fuerte, capaz de garantizar un mínimo de bienestar y de derechos sociales contra el ataque violento de la globalización: es difícil evitar la ironía ante un izquierdista radical que levanta barreras contra el poder corrosivo global del Capital, tan fervorosamente celebrado por Marx. Así, una vez más, es como si los roles se hubieran invertido. Los izquierdistas apoyan un Estado fuerte como la última garantía de las libertades civiles y sociales contra el Capital, mientras que los derechistas demonizan al Estado y a sus aparatos como si fueran la última máquina terrorista.

IV

Hay que reconocer, por supuesto, el impacto tremendamente liberador de la politización posmoderna de terrenos hasta entonces considerados apolíticos (feminismo, políticas gay y lesbiana, ecología, problemas de minorías étnicas y otras): el hecho de que esos problemas no sólo hayan sido percibidos como intrínsecamente políticos sino que hayan dado a luz a nuevas formas de subjetivación política rediseñó todo nuestro paisaje político y cultural. De modo que no se trata de dejar de lado ese tremendo progreso para reinstaurar alguna versión del así llamado esencialismo económico: el asunto es que la despolitización de la economía genera el populismo de la Nueva Derecha, con su ideología de la Moral de la Mayoría, que hoy es el principal obstáculo para la satisfacción de las numerosas demandas (feministas, ecológicas…) en las que se centran las formas posmodernas de subjetivación política. En suma, predico un “retorno a la primacía de la economía” no en detrimento de los problemas planteados por las formas posmodernas de politización, sino precisamente para crear las condiciones de la más efectiva satisfacción de las demandas feministas, ecológicas, etc.

Un indicador extra de la necesidad de algún tipo de politización de la economía es la perspectiva abiertamente “irracional” de concentración casi monopólica del poder en manos de un solo individuo o corporación, como es el caso de Rupert Murdoch o de Bill Gates. Si la próxima década produce la unificación de los múltiples medios de comunicación en un solo aparato que combine las características de una computadora interactiva, un televisor, un equipo de video y de audio, y si Microsoft realmente consigue convertirse en el dueño casi monopólico de ese nuevo medio universal, controlando no sólo el lenguaje que se emplee en él sino también las condiciones de su aplicación, entonces es obvio que nos enfrentaremos con una situación absurda en la que un solo agente, libre de todo control público, dominará la estructura comunicacional básica de nuestras vidas y será, por lo tanto, más poderoso que cualquier gobierno. Lo que da pie para más de una intriga paranoica. Dado que el lenguaje digital que todos usaremos habrá sido hecho por hombres y construido por programadores, ¿no es posible imaginar a la corporación que lo posea instalando en él un ingrediente de programación secreto que le permita controlarnos, o un virus que ella misma podrá detonar, interrumpiendo nuestra posibilidad de comunicación? Cuando las corporaciones de biogenética afirman su propiedad sobre nuestros genes patentándolos, lo que también hacen es plantear la paradoja de que son dueñas de las partes más íntimas de nuestro cuerpo, de modo que todos, sin ser conscientes de ello, ya somos propiedad de una corporación.

La perspectiva que vislumbramos es que tanto la red comunicacional que usamos como el lenguaje genético del que estamos hechos serán propiedad de y controlados por corporaciones (o por una corporación) libres del control público. Una vez más, el absurdo de esa posibilidad —el control privado de la base propiamente pública de nuestra comunicación y reproducción, de la red misma de nuestro ser social— ¿no impone por sí solo la socialización como única solución? En otras palabras, ¿no es el impacto de la así llamada revolución de la información en el capitalismo la ilustración última de la vieja tesis marxista de que “en cierto estadio de su desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en conflicto con las relaciones de producción existentes, o —según una expresión legal de la misma idea— con las relaciones de propiedad en las que hasta entonces funcionaron”? ¿Acaso los dos fenómenos mencionados (las imprevisibles consecuencias globales de decisiones tomadas por compañías privadas; el evidente absurdo de “ser propietario” del genoma de una persona o de los medios que los individuos usan para la comunicación), a los que hay que sumar al menos el antagonismo implícito en la idea de “ser propietario” del conocimiento científico (dado que el conocimiento es por naturaleza neutral a su propagación, esto es: no lo gastan la dispersión ni el uso universal), no son suficientes para explicar por qué el capitalismo actual debe recurrir a estrategias cada vez más absurdas para mantener la economía de la escasez en la esfera de la información, y por lo tanto para contener, en el marco de la propiedad privada y las relaciones de mercado, el demonio que él mismo liberó (inventando, por ejemplo, nuevos modos de prevenir el copiado libre de información digitalizada)? En pocas palabras, la perspectiva de la “aldea global” de la información, ¿no marca acaso el fin de las relaciones de mercado (que por definición están basadas en la lógica de la escasez), al menos en la esfera de la información digitalizada?

V

Tras la defunción del socialismo, el último temor del capitalismo occidental es que otra nación o grupo étnico derrote a Occidente en sus propios términos capitalistas, combinando la productividad del capitalismo con alguna clase de hábitos sociales extraños a nosotros, occidentales. En los ’70, el objeto de temor y de fascinación era Japón. Ahora, después de un breve interludio de fascinación con el Sudeste asiático, la atención se concentra cada vez más en China por su calidad de próxima superpotencia, en la medida en que combinaría el capitalismo con la estructura política comunista. Esa clase de temores da lugar últimamente a formaciones puramente fantasmáticas, como la imagen que muestra a China superando a Occidente en productividad y conservando al mismo tiempo una estructura sociopolítica autoritaria —difícil resistir la tentación de llamar “modo asiático de producción capitalista” a esa combinación fantasmática—. Habría que enfatizar, contra esos temores, que China, tarde o temprano, pagará el precio de su desenfrenado desarrollo capitalista con nuevas formas de tensión e inestabilidad social: la “fórmula ganadora” —combinar el capitalismo con la ética comunitaria asiática “cerrada”— está condenada a explotar. Ahora más que nunca, se podría reafirmar la vieja fórmula marxista según la cual el límite del capitalismo es el propio Capital; el peligro para el capitalismo occidental no viene de afuera, de los chinos o de algún otro monstruo capaz de derrotarnos en nuestro propio juego, privándonos, al mismo tiempo, del individualismo liberal occidental, sino del límite intrínseco al propio proceso con que coloniza cada nuevo terreno (no sólo geográfico sino también cultural, psíquico, etc.), con que erosiona las últimas esferas de sustancialidad que se resisten a la reflexión. Cuando el Capital ya no encuentre fuera de sí ningún contenido sustancial de que alimentarse, ese proceso desembocará en algún tipo de implosión. Habría que tomar literalmente la metáfora de Marx según la cual el capitalismo es una entidad vampírica. Siempre necesita alguna clase de “productividad natural” prerreflexiva (talentos en distintas áreas del arte, inventores en la ciencia, etc.) para alimentar su propia sangre, y así reproducirse a sí mismo. Pero cuando el círculo se cierra, cuando la reflexividad se vuelve completamente universal, es el sistema entero el que está amenazado.


Extraído de The Ticklish Subject (Londres, Verso, 1999), publicado por Página/30 Nro 118, Mayo 2000

Fuente: http://aleph-arts.org/pens/



ENTREVISTA DE SERGIO MARCHI A LUIS ALBERTO SPINETTA, QUIEN ROMPE UN SILENCIO DE 12 AÑOS.


CUANDO SERGIO MARCHI LLAMÓ A LUIS ALBERTO SPINETTA PARA CHARLAR A PROPÓSITO DEL LIBRO SOBRE EL ROCK POST CROMAÑÓN EN EL QUE ESTABA TRABAJANDO, NO SABÍA QUE EL RESULTADO IBA A SER TANTO MÁS SATISFACTORIO. PARA SU SORPRESA, ESA CHARLA SE TRANSFORMÓ EN UNA ENTREVISTA LÚCIDA Y SENSIBLE QUE FUNCIONA COMO PERFECTO EPÍLOGO AL LIBRO, CON LA QUE SPINETTA ROMPE UN SILENCIO DE DOCE AÑOS PARA REPASAR LOS CAMBIOS OCURRIDOS EN EL ROCK DESDE LOS DÍAS DE ALMENDRA Y WOODSTOCK HASTA EL ROCK CHABÓN.

Luis Alberto Spinetta se apasiona vehemente frente a la charla que acepta sostener para este libro. La idea es conversar sobre la evolución o no del público que ha seguido al rock nacional desde sus comienzos, los que lo encontraron a bordo de Almendra cuando los ‘60 llegaban a su fin. Desde hace unos doce años Spinetta hizo un corte con la prensa y sus declaraciones públicas han sido más bien escasas. Acepta hablar porque sabe que el tema de conversación puede ser mucho más amplio que la consigna que lo enuncia. A lo largo de una trayectoria que se encamina a los 40 años, la reputación artística y humana de Luis ha sido intachable. Es probable que parte del precio a pagar por esa actitud tenga que ver con su ausencia de los circuitos masivos, o que quizás ésa sea la forma de preservar en una conducta firme en tiempos en que cualquier recta pasa a ser curva.

Fue una conversación anterior que se produjo en el año 2001 la que sirvió de excusa para entrar en tema. Acababa de salir Silver sorgo, ese disco que abre con un tema que decía que “hay que impedir que juegues para el enemigo”. Era el segundo disco de una nueva etapa, iniciada con Los ojos, de un Spinetta reflexivo y tranquilo en lo musical, que contrastaba con el sonido volcánico y eléctrico de San Cristóforo. Ese cambio tan drástico fue motivado por una actitud que vio en el público. Lo decía con un humor agridulce: “Quizás ésa sea la música que más me gustaría tocar, pero cuando veo que se comienza a golpear en los recitales... No, flaco, no, tranquilizate y vení que toco lo que quieras”.
Luis Alberto esboza una sonrisa, pero se pone serio enseguida para ratificar el punto cuatro años más tarde.

“Sí, no te golpees mientras yo estoy tocando, no te lastimes. Yo que soy papá, cuando tocábamos con Los Socios del Desierto veía un pendejo de la edad de Valentino reventándose la cabeza contra otro, con un hilo de sangre en la cara, y ya no te daban ganas de tocar. Y a la vez son cosas de una juventud que se acostumbró a esa agresividad.”

- Era inaudito pensar en algo así cuando vos comenzaste con Almendra.
Pero después la sociedad argentina sufrió una mutación y una mutilación muy grande que creó generaciones de hijos de gente torturada y gente deshecha en calabozos, no nos olvidemos de eso. La Almendra de aquel entonces no sería la misma después de esa Almendra. Es una desfiguración del rostro.

- ¿Cómo recordás al público de los inicios?
El público no tenía distinciones de clase. Podía estar el loco que había conseguido pepas y que estaba viendo con los ojos inyectados en sueños. Y podía estar un flaco que venía de Morón, más “rollingón” de aspecto, con el lope bien largo escondido debajo de la campera, porque la cana se lo llevaba simplemente por ser negro y tener el pelo largo, que es lo que ocurre en todas las ciudades modernas. Podían convivir diferentes públicos. Ahora es como que se polarizó. Las masas van a ver a ciertas bandas que responden al llamado popular hirviente, con música que está sometida al hervor, caldeada por ese hervor popular, que es como una especie de piquete inoperante de la expresión rockera. El piquete no está en la certeza ni en la densidad de nuestras palabras, sino en aquella actitud convocatoria y sin poesía.

- ¿Se podría establecer una comparación entre el público que iba antes a recitales y el que asiste ahora?
Yo no tengo una manera de poder comparar el público, porque el que me va a ver a mí me ama. Me ama ahora y me ama antes porque es lo mismo. Pero siento que cambió en eso. Que los pibes más pobres van a ir a escuchar cumbia o música media reventada y otros van a ir a escuchar algo más fino. Que aunque no sea así en el distingo social, como si la música tuviera esos gorros, de alguna manera eso existe.

- Pero antes no existía...
No existía. La gente en general, ante el llamado creativo de tantos músicos que marcaron o estaban marcando a fuego a su generación, sintió el llamado de la libertad, por lo tanto se woodstockizó a la mate amargo, a la argentina. Comprendió que el llamado ese los unía en vez de separarlos y era una forma de mostrar el flower-power a la juventud. No te olvides que a la que encaró por el lado de la lucha política la destrozó la dictadura. Eso, que todavía no había sucedido, ya se anticipaba en gestos represivos muy importantes de la época de Onganía. Creo que la gente estaba más unida para escuchar música de todo tipo, sin tirarle nada al que no le gustaba.

- ¿Lo masivo tiene que ver con la decadencia del rock hoy?
En parte pasa; un genio masivo como Charly logra que la gente cante canciones con cierta complejidad, muy bellas: está en el límite de eso. La música verdaderamente masiva no tiene piedad de nosotros: es una música muy basada en vender discos, en el éxito comercial; algunos lo logran y otros no. Pero en general los que lo logran y vos sentís que la música es una porquería, es porque estaba pensando cómo mantenerse dentro de las reglas de lo que ya hicieron y no aprender un átomo, sino conquistar más ventas de discos. Conquistame poéticamente, quiero escuchar. Sentir que me dicen algo que me estremece el ser, que me corra un escalofrío como pasa con alguna canción de Fito, de Charly, de Cerati, de alguna gente creativa. Como cuando escuchás a Divididos zapar, cuando pasan cosas que se ponen densas porque la gente que está zapando funciona bien. O cuando escuchás otras músicas también, no necesariamente rock. Se te pone la piel de gallina, con cosas lindas. Yo vivo así. No puedo pedirle eso a la masividad.
Antes había un concepto claro.

- Y había una guerra que era “comercial vs. progresiva”.
Fue contra lo comercial y era una batalla ganada creativamente contra el producto arbitrariamente idiota, que es en lo que siempre se basó la industria discográfica. Hay mucho que es directamente idiota, y luego hay cosas idiotas de más calidad musical. Y no sé en qué puesto o en qué napa de esa estratificación, de esa coreografía de capas, de sedimentos culturales, está la música que sigue siendo como yo la quería ver cuando hacía Invisible, o con Rodolfo (García, baterista de Almendra) cuando pensábamos que escuchábamos esto y de golpe, Piazzolla; y después estábamos tocando (canta un riff de “Ana no duerme”) un arreglo de Almendra que era una mixtura. Estábamos inventando algo que surgía de nosotros. En parte es lo que sucede políticamente también. Nos cuesta convencernos de que es el alma que está en juego; es el alma con la que tomes las decisiones lo que lleva a sacar adelante la educación, la salud, la justicia. La imaginación es la herramienta para volar. No todo lo contrario: el hacinamiento y la actitud troglodita. Sonaste, eso no vuela ni con una turbina agarrada a cada brazo. Pasa eso políticamente. Si algún político inteligente ve eso... Pero sabemos que hay mucha gente que está tratando de hacer bien las cosas, pero también existen todos los otros que están en la rufa, la coima, la timba de la política. Y no hay otra porque está el hampa, el bajo hampa, la corrupción, la prostitución, el lavado. Todo sigue. Ventas ilegales de armas, todo sigue. Argentina es una frontera inmensa, un país divino, absolutamente fabuloso, nosotros somos los que estamos mal. Si los milicos hicieron eso, ¿qué querés que salga? ¿Una flor etérea como una mariposa creativa? ¿Qué querés que surja? Surge una mala onda profunda, que va a durar un tiempo. Es una herida que tiene que restañarse. Que cada uno trabaje para poner eso en orden y no confundir.

- Los artistas que hacen música lúcida ayudan a ordenar eso que decís.
Sí, pero después toda la pendejada sale masivamente a ver otra cosa y en definitiva la tendencia es otra, que es mucho más de tirarse para atriqui. Una cosa es que un genio como Maradona, que demostró que podía hacer los goles con la nariz, con cualquier cosa, haga un gol con la mano. Otra cosa es que todo un pueblo se dedique a transgredir la norma de todo y que eso sea la posta y ganarse el campeonato mundial. No, Maradona lo ganó, los boludos que usan eso hundieron el país con esa actitud de violar todos los convenios y todas las cosas. Termina en una bola de delincuencia; arrebatan la vida de la gente. ¿Pobreza? Es decir: mirá yo me quedo con una guita de acá... Es la misma actitud: yo hago el gol con la mano. ¡¡¡Está prohibido hacer goles con la mano!!! Maradona no necesitaba hacer el gol con la mano, porque después demostró que hacía un gol increíblemente mejor. Pero ésa es la habilidad de un Dios, no de un delincuente. Y eso es lo que la gente no entiende. Le gusta más la parte oscura de Maradona que la parte del genio iluminado. Me tiene podrido eso, me parece que la gente no sabe respetar a sus dioses.

- ¿No te parece que el rock se convirtió en esa cosa que detestábamos?
El fútbol también y es infinitamente más violento que el rock, que no tiene tanta rivalidad porque la música no está representada por tanteadores. En el fútbol, el alambrado separa a la gente de una tragedia, de un asesinato múltiple: descuartizarían al referí y al otro que cometió el penal que el referí no cobró. ¿Viste lo que es atrás de los arcos? Eso no es digno de lo que queríamos construir como sociedad.

-¿Cuándo comienza el rock a incorporar esos códigos de la tribuna de fútbol?
Lo que se me viene a la cabeza es la película Rollerball, con James Caan. Se trata de un deporte del futuro, en el que dos equipos tienen que encestar en unos agujeros una pelota cromada, pesadísima, como de bowling. Y se chocan a alta velocidad, no recuerdo si los persiguen como en motos, y los jugadores tienen que zafar de cosas con altísimo riesgo. Más como un circo romano que como un deporte en sí. Me parece que esa película tuvo muchísima influencia en la formación de tribunas babeantes de maldad.
Hay algo de rock, pan y circo; hay algo de nerónico en las estrellas de rock. Locos, muchas veces con creatividad, otras veces no, pero con una tendencia a la egolatría tremenda, capaces de sucumbir con su propio mundo. Hay varios ídolos del rock que demostraron todo eso, otros lo siguen demostrando. Otros que disfrutaban de la consideración de diablos se han apaciguado y pertenecen al establishment más codiciado de la más rancia casta adinerada. Yo veo, por ejemplo, que Bono ha ganado tanto dinero y tiene tanto poder personal que se entrega a la política. Y hace cosas para tratar de defender cosas que otros no harían. No quisiera meterme en nada de lo que él está resolviendo; prefiero no tener un mando y jamás meterme en nada así, no sé por qué, pero no me gusta ni con un catalejo. Con eso te quiero decir que para mí estar del otro lado significaba Magical Mystery Tour, y de ahí no pasé en mi manera de violentar las puertas de mis sentidos, por ejemplo. Que es la principal violencia: gente que toma merca y sale a matar o a buscar dinero matando gente.

- ¿Escuchaste algo de “rock chabón”?
No, es algo que a mí no me importa. Tengo bastante respeto por La Renga porque sé que son performers; a ellos les gusta tocar y sin acordeones, ni tumbadoras, ni música tropical. Los rescato porque son rockers y me gusta el cantante; siempre me gustó cómo toca la viola y cómo suena la banda. El material no me agrada demasiado, aunque algunas cosas tienen polenta. Pero también tienen polenta otras bandas como Los Piojos y otros más. A mí me gusta El Otro Yo. Me encantan porque tienen una actitud y están buscando algo. Con el lenguaje de la pendejada, con otras urgencias, bien de abajo, de barrio. Pero es gente pacífica, capaz de unirse por la paz para defender lo más sagrado.

- ¿Solamente por la desgracia que hemos sufrido como país se puede explicar la caída del rock en Argentina?
En la época de Almendra, la represión fue una cosa. Pero más tarde fue una matanza de gente, unos sucesos imborrables para nuestra historia. Por lo tanto la música se destroza, como se destrozó la piel, se destrozó la carne, el alma y la música. De ahí, surgidas de las resacas avefénicas de todo, surgieron estas cosas que sabemos que forman parte de una flor intensa, nutriente; de una misma lírica que ya llegará a otro apogeo de creencia. Es una fluctuación, como en la astronomía. Es una cresta y un desvanecimiento. En ese sentido no tiene la misma forma de onda que el cosmos. Pero sí que todo eso se recicla, que vuelve a sus fuentes y las pierde, una y otra vez. Ya desde hace muchos años el abuso del poder, como en el caso de la época de los gobiernos de facto, se dedicó a maltratar al pueblo por sobre todas las cosas; bombardearle la ciudad, o hacerle la maldad que sea, para defender a Cristo o lo que fuere. Eso hizo que apareciera gente de mala calaña. Que cuando tuvo poder para hacer hospitales y escuelas, hizo shoppings... Entonces, la gente se alimentó mal, la cagaron a palos, la torturaron y encima le dieron de comer caca. ¿Qué querés que surja?

- ¿Qué reflexión te merece lo sucedido en República Cromañón?
Es como la puerta 12 del fútbol. Ni la banda, ni los propietarios ni nadie iba a calcular que podía ocurrir una cosa así, tan dolorosa para todos. Nadie va a premeditar eso, ni a tener una idea delictiva. Pero la gente quiere ese pan y circo de la justicia también. Quiere un ajusticiado, quiere que rueden las cabezas. Pienso que es una vergüenza que Chabán se haya ido del lugar, aunque no lo considero un asesino. En mi deseo de que fuera justo todo, me da vergüenza que se haya ido y no se haya puesto él a hacerle respiración boca a boca a la gente. Sería distinto si lo hubiesen encontrado peleando.

- ¿Cómo es que a alguien que va a un recital de rock se le ocurre tirar una candela en un lugar cerrado?
Hay algo de cerebro infra alimentado, con padres torturados, al que ni sus abuelos ni sus tíos tuvieron tiempo para criarlo y darle polenta y fe después de esas pérdidas. Entonces, entre los desfasajes que podría tener, uno podría ser que piense que está bien tirar una bengala en un lugar cerrado. También pasó en Estados Unidos. Eso ya no es una cuestión de que se educaron en colegios pobres, pero como acá creo que somos más sensibles e inteligentes que en Estados Unidos, pese a ser mucho más pobres, no debería haber sucedido por la ignorancia de la gente. El problema es que acá sí sucedió por la ignorancia. Allá sucede porque ellos le ponen bengalas a todo. Pero acá que somos tranquilos, digamos, por decirlo así, la gente enciende bengalas en lugares cerrados donde hay cosas que pueden incendiarse y que van a traer problemas. Hay algo de cerebro infra alimentado, cultural y proteínicamente, en gente que como no tiene dónde dejar a los pendejos los deja en una guardería donde toca una banda de rock. Porque hay mil formas para que un pibe sea rockero, pero de esa manera lo van a odiar al rock. Porque se van a acordar de que se querían dormir y tenía un gasesito el bebé; y en vez de que la mamá lo escuchara, escuchaba el bajo. Eso es inconcebible. La gente que perdió bebés ahí no tiene que hacer causa criminal a nadie, al contrario: el Estado les tendría que hacer una causa. Por abandono de la criatura, como cuando alguien no alimenta a su hijo y lo meten preso. ¿Qué tenés que haber pensado para dejar una criatura en un baño? No se hace eso. ¿Quiénes son los culpables? Todos culpables y todos inocentes a la vez. Yo creo que el tipo que pone un lugar así y lo que dice Puerta de Emergencia, lo cierra con una cadena, ése está loco de remate y tiene que pagar porque eso sí es un crimen. Una puerta de emergencia es una puerta de emergencia. Después tiene que pagar toda la cadena de coimerío. Es una gran desgracia para una banda de rock. Yo como rockero estoy de luto con eso todavía. Por más que le digas a la gente, siempre hay algún idiota que avanza con la bengala: yo hago el gol con la mano. Sí, lo que pasa es que al transgredir algo, sucede una desgracia. No todos son goles. A veces son goles en contra con la mano.

Por Sergio Marchi
Fuente: suplemento "Radar" del diario "Página 12" Más información: www.pagina12.com.ar

martes, 15 de abril de 2008

Gringo de Seatlle


Hace ya catorce años nos dejó el gringo Kurt Cobain, pocos días atrás volví a escuchar Nevermind, casi de casualidad, y recordé que en un abril del 94, se nos iba un tipo que seguramente no va a quedar en la historia como un gran músico, pero si como un tipo que entrego todo lo que tenía para dar, que nos hizo ver que el rock también se trata de actitud y con el cual volvimos a escuchar que la guitarra eléctrica volvía a sonar distorsionada, bien distorsionada.
Todavía recuerdo ese viernes por la noche de abril del 94, cuando mi amigo Fernando me dijo que habían encontrado Kurt Cobain muerto de un disparo en la cabeza. Esa noche nos aprestábamos a comer un asado con los amigos, y en medio de ese clima recuerdo no haber reaccionado con tristeza, es que nos la veíamos venir, Kurt estaba muy autodestructivo en el ultimo tiempo, ya había tenido un par de intentos de suicidio. Era como un final anunciado, sabíamos que eso iba a ocurrir y finalmente ocurrió.
Con el tiempo empecé a caer, Nirvana ya no estaba mas con nosotros… Nirvana que lindo que fue escucharte, en medio de tanta basura de la industria cultural, nosotros acá en el sur bajo la puta era menemista de la frivolidad.
Se me hace necesario reivindicar a los chicos de Seatlle, porque escuchar a Nirvana como a muchas otras bandas de esa ciudad norteamericana, fue rebelarse contra la maldita generación “X” de la que provengo
Desde lejos fuimos testigos de la última gran ruptura que se produjo en el rock y esto es para mí como una pequeña victoria sobre tanto producto prefabricado y sometido al marketing.
Aunque quizás el precio de esa rebeldía tan necesaria fue muy alto, tan alto que termino con ese gringo de Seatlle que se nos fue, un día de abril. Quizás también todos contribuimos para asesinar a Cobain, cuando el desenlace era muy previsible solo nos dedicamos a ser testigos de su trágico final.
Probablemente también por esos años muchos de nosotros aunque sea por un momento fuimos Kurt y eso es lo que me hace comprender su decisión.
Desde aquel momento hasta ahora me quedo con lo mejor, estuvo bueno mientras duró…

Tripulantes

Ella juega con colores. El diseña las reglas. Ella cree que sus hábitos son inobjetables mientras él piensa que sus costumbres son muy estupidas.
Ella vuela y sueña su mundo El la espera en los cimientos de su vergüenza.
Ella ha conocido los dulces aromas de lo imprevisto y él solo vio pescar a lo demás.
Él tiene momentos de desesperación y muchas veces ha intentado huir.
Ella cree tenerlo todo claro.
Ella y él se confunden en los perfumes agrietados por el destino,
Mientras ella sintoniza las claves del equilibrio,
Él se detiene y se queda observando.

AL FIN, SON TODOS IGUALES?



Días atrás nuestro país estuvo convulsionado por las disputas entre el gobierno K y los ruralistas en su cuatro expresiones que van desde La Sociedad Rural Argentina hasta la Federación Agraria (supuestamente progre)
La confrontación comenzó cuando el gobierno nacional, a través de su ministro de economía Martín Loustau subió las retenciones a las exportaciones fundamentalmente de soja, que fue llevada del 35% al 44%.
Este quilombito derivó en el desabastecimiento de alimentos en la ciudad, por los cortes de ruta hecho por los empresarios del campo, y tuvo una amplia cobertura en los medios de comunicación.
Después de pasado los acontecimientos tengo que decir que me costó tomar una posición.
Por eso es que tomo los cuatro actores principales involucrados en el conflicto.

Primer actor: aquí tenemos por un lado a los sectores del campo. ¿Quienes son estos señores? Y la verdad es que me dan un poco de cosita, porque la Sociedad Rural Argentina es integrada por señores que son y fueron amo y señor, que siempre fueron los dueños del país, que fueron responsables, instigando y muchas veces diseñando, de todos los golpes de estado a lo largo de la historia en este país. Son señores que se están llenando los bolsillos y a sus peones los tienen en negro pagándole $1000 mensuales de los cuales les descuentan la comida y la casa donde viven. Esto es así desde la Sociedad Rural hasta La Federación Agraria que se dice progre y defensora de los pequeños productores. No tienen vergüenza y si fuera por ellos no solo que no pagarían el 44% sino que no pagarían nada.


Segundo actor: el gobierno de Cristina: ¿Es que el gobierno del matrimonio quiere sacarle a los que más tienen para distribuirlos en la inmensa cantidad de pobres que tiene este país?
Permítanme dudar, en realidad no dudo los K quieren mas plata para seguir haciendo lo que vienen haciendo desde el 2003.
Ese dinero va a integrar la caja presidencial con la cual hacen y deshacen, comparan voluntades, rearman el PJ, tienen agarrado de las bolas a los gobernadores, (Schiaretti está rezando) meten mas plata en las reservas y seguramente tener un sobrante para derramarlo “socialmente” y vaya saber que mas. Y si, la verdad, que a la presidenta no le interesan los pobres, salvo en épocas de elecciones, seguramente para ella distribuir la riqueza no es muy cool que digamos. Y es que Cristina y su marido hicieron su fortuna en plena dictadura militar con espurios negocios inmobiliarios, fortuna que duplicaron durante la gestión de Néstor.

Tercer actor: los medios de comunicación: y la verdad que los medios no nos sorprendieron, hicieron lo de siempre: “dar vergüenza”, especialmente los grandes medios capitalinos de Bs. As.
Que cobertura de mierda. Ahora yo me pregunto ¿Qué hubieran dicho los medios si las rutas hubieran sido cortadas por piqueteros desocupados?
Yo calculo que habrían titulado “Terrorismo piquetero”, pero como a los cortes los hacían “gente de bien” entonces se trataba de el grito del campo.
Una vez más los medios salieron a consensuar en la sociedad que se trataba de un reclamo justo, con analistas de todos los colores, una vez mas los medios trataron de convencernos de que se trata de una pobre gente que no tiene para comer y que como último recurso les queda salir a cortar la ruta. La verdad que a esta altura tenemos que decir claramente los medios de comunicación masiva son nocivos para la sociedad…jaja
El tratamiento que hicieron los grandes medios deja abiertos varios interrogantes para el futuro inmediato, fundamentalmente el grupo Clarín, aliado incondicional del gobierno hasta hace poco tiempo, vale la pena recordar que hace muy poco cuando terminaba la gestión de Néstor K, el grupo Clarín recibió el regalo de navidad que tanto deseaba, y este regalo fue la fusión entre Multicanal y Cablevisión medida que cerro el circulo en materia de telecomunicaciones en Argentina, favoreciendo aún mas la super concentración de medios de comunicación.

De aquí en más la trama entre el gobierno y los monopolios de la comunicación promete capítulos de suspenso, por lo menos en apariencia.

Cuarto actor: la sociedad, gente, pueblo, como más les guste llamar. Entre la gente hubo de todo los que ignorantemente salieron a apoyar a los ruralistas y los que se quedaron pasivos y se dedicaron seguir viviendo, y demás. Pero la verdad es comprensible que quieren que les diga, después de tanta decadencia neoliberal, pretender que un sector de gente se rebele y tome una posición equidistante del gobierno y los empresarios del campo, es como mucho de mi parte, no lo pretendo, al menos por ahora.

En este sector tuvimos desabastecimiento, que en amplias franjas de la sociedad y me refiero a sectores populares, fue un crimen, si, es un crimen que hayan permitido desabastecimiento de alimentos, es un crimen que la carne salga $20 el kilo y que los precios en general hayan subido hasta mas del100%.

Quedaron muchas cosas sin analizar, pero creo que no valen la pena, algunas expresiones fascistas de gente del campo, del impresentable D elia y la fuerza de choque del gobierno, del triste papel de la izquierda argentina, etc., etc.
Me queda algo mas para decir, después de todo creo tener derecho para decirlo, después desabastecimiento, de los precios por las nubes, de los cuales muchos de ellos no van a bajar, solo un grito de rabia, de catarsis tal ves: Cristina vos y todo tu gobierno, ustedes señores del campo en un 95%, mandamases de los medios de comunicación, periodistas tilingos, todos ustedes son unos HIJOS DE MIL PUTA!!!


GONY.

En el camino


El polvillo acumulado crea nebulosas borrosas. A veces me quedo sin rumbo.
En esos momentos no se adonde ir, que camino tomar.
Me quedo sin objetivos visibles.
¿Dónde estarás ahora? ¿Quién serás?
Interrogantes que permanecen siempre ahí, como mensajes en una botella lanzada al océano.
El sol se recuesta sobre la ventana y yo ya dejé de pensar.
Es que así creo va a ser mejor.-

martes, 8 de abril de 2008

Café de abril

Lo bebo y te siento. Lo bebo y te pienso
Tu presencia espectral alucina mis sentidos.
Tus labios mojados me arrastran por el universo.
La siesta de abril motiva las sensaciones perdidas.
Camino por la calle peatonal y trato de identificarte entre tanta gente.
A veces creo reconocerte en algún rostro, pero cuando me aproximo, como si fuera un sueño, ya no sos vos.
Tu ternura me emociona y me sacude
Tu cielo siempre es celeste.
Las texturas lucen armoniosa cuando sonreís.
La dulce brisa de la tarde otoñal siempre sabe a ti.
Mientras venís, yo te espero bebiendo otro café de abril.

Maria y su doble discurso



Maria me había contado que con ella no había historia, que tenía cero histeria. Ella me dijo que tener sexo en la primera cita, para ella, era algo normal.
Maria tenía en apariencia una frondosa colección de hombres en su placard.
Sin embargo con el tiempo me empecé a dar cuenta que Maria no era lo que ella decía, o al menos conmigo, es que Maria era una histérica irreconciliable, es más, yo diría que era una forra, una autentica forra sin conseciones.
Debe ser cierto aquello de que las apariencias engañan.

SOMOS LA NOCHE

ULTRASÓNICA

Entrevista: CHEMICAL BROTHER

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Tras cinco álbumes, sabemos ya lo que se puede esperar de un disco de Chemical Brothers. Y Tom Rowlands y Ed Simons saben mejor cómo hacerlos. “Hemos encontrado nuestra forma de trabajar”, declara Tom. “Y eso significar tener nuestro propio estudio y experimentar durante meses y meses, luego colaborar con gente cuando tenemos algo que nos emociona. Todavía nos divertimos mucho entrando en el estudio. Todavía lo vemos como un lugar asombroso donde algo mágico puede suceder”.

Son las colaboraciones lo que muchas veces atrae la atención, y desde Noel Gallagher, Bernard Sumner y Bobby Gillespie hasta Schooly D, k-os y Q-Tip, siempre han sido escogidos no por su celebridad sino porque su voz, palabras o actitud sirven para añadir lo que los temas requieren. Pero son los meses de experimentación anteriores lo que crea la base de cada disco nuevo, y lo que mantiene fresco el sonido.


“La búsqueda del sonido, eso debería ser la máxima en el bolsillo de los Chemical Brothers”, se burla Tom. “Siempre estamos comprando montones de extraños sintetizadores y cosas raras para procesar. A veces probar diferentes ideas resulta arduo, sólo para intentar encontrar ese sonido diferente que hace que estimula tus oídos. Puedes estar durante semanas sin escuchar nada que consiga eso, pero cuando lo escuchas, lo sabes”.
Pero primero, la historia. Tom Rowlands se crió en Henley-on-Thames y Ed Simons en Herne Hill, al sur de Londres. Se conocieron en Manchester, donde ambos estudiaban Historia Medieval en la Universidad y música de baile moderna el club Hacienda. Era una época emocionante para estar en la ciudad, una época en la que las bases asentadas por bandas como New Order habían construido una floreciente escena independiente que se entremezclaba con la energía eufórica del acid-house para hacer el Madchester (algo así como el loco Manchester). Este nuevo espacio musical en el que los cables del pop electrónico, rock desenvuelto y ritmos de club se entremezclaron y fusionaron resultaba servía de hogar para Tom y Ed, y desde luego es donde permanecieron desde entonces, tramando constantemente inspiraciones nuevas, sonidos frescos en la mezcla.

El dúo empezó a pinchar como DJ juntos en 1992, en la parte de atrás de un pub de Manchester. Probablemente tenía sentido, tras los años embriagadores de las fiestas rave ilegales de Blackburn, llamarse a sí mismos The 237 Turbo Nutters. Pero cuando editaron etiquetas blancas de su primera canción de club “Song To The Siren” a finales de 1992, decidieron que The Dust Brothers (Ls Hermanos Polvo) sonaba incluso mejor. Luego vinieron las remezclas y una amenaza de demanda por parte de los Dust Brothers originales, los productores americanos de los Beastie Boys. Así que cuando su álbum de debut se publicó en 1995, se convirtieron en The Chemical Brothers (Los Hermanos Químicos).


Entre tanto, el dúo se mudó a Londres y en 1994 se convirtieron en DJs residentes en el club Heavenly Social, otro espacio de éxtasis donde las reglas habituales se dejaban aparte y el house, hip hop, rock y reggae se friccionaba de forma genial con cualquier otra música con actitud. Al igual que la Hacienda, éste era un club en el que las vidas cambiaban, se forjaban amistades, donde se formaban bandas y se asentaban planes, algunos de ellos tan buenos que incluso se llevaron a cabo cuando el bajón había remitido.


Cuando el innovador y rompedor álbum de debut de Chemical Brothers Exit Planet Dust salió en 1995, fusionaba samples, sintetizadores y ritmos de baile con ritmos de hip-hop y canciones reales con vocalistas reales como Tim Burgess de los Charlatans. Fue un éxito a ambos lados del Atlántico, y sus espectaculares actuaciones en directo pronto demostraron que eran capaces de atraer la atención de una multitud en un estadio o festival lo mismo que lo habían hecho en la pista de baile.

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“Sencillamente creo que es una bendición poder hacer algo que hace que la gente salga de sus casas y experimente algo juntos”, declara Ed. “Cuando tocas en directo y ves un mar de gente con sus brazos en el aire, sonriendo, eso es de lo que me siento más orgulloso: hacer música que suena alto y potente capaz de atraer y juntar a la gente”.


¿Qué más hay que decir? Bueno, mucho, parece. Cinco álbumes, innumerables singles de éxito y unos nueve millones de ventas de álbumes más tarde, la fusión de los Chemical todavía centellea. La mayoría de los grupos que una vez fueron considerados sus iguales han ido cayendo desde entonces, pero Tom y Ed todavía siguen ahí, todavía empujando las barreras porque la amistad sobre la que se construyó la banda sigue siendo fuerte, como lo es su pasión por la música.


“Siempre lo hacemos como si fuera nuestro último disco, o nuestro primer disco”, declara Ed. “Estamos ansiosos porque la gente escuche el álbum y lo disfrute como una experiencia, un viaje. Provocar un impacto emocional. Nos empujamos a seguir adelante mutuamente, y ésa es la base de nuestra amistad”.


En “We Are The Night”, el poeta beat canadiense Bill Bissett lee su poema de 1967 “Una oda a D. A. Levy” por encima de un devastador ritmo de baile psicodélico; Fatlip de los raperos de la Costa Oeste de principios de los 90 The Pharcyde explica el ciclo de la vida del salmón sobre un ritmo ebrio en la que es la entrega más estrafalaria de los Chemical hasta la fecha; excelentes colaboraciones con el cantante-compositor americano Willy Mason y el prometedor artista Londinense Ali Love; el tipo de innovadores ritmos rompe-pistas por los que los Brothers son famosos desde hace tiempo; y dos de las mejores canciones que han producido en su historia: “All Rights Reversed”, con la colaboración de Jamie, James (Klaxons) y Dev (Lightspeed Champion) y “The Pills Won’t Help You Now”, un desapaciblemente hermoso cierre para el álbum, grabado con Tim Smith de la banda de Texas Midlake.


“No escogemos a la banda más de moda cuando estamos buscando colaboradores”, explica Ed. “Miramos en profundidad en busca de algo que vaya a sonar bien en una determinada pieza de música, o simplemente por un artista que nos gusta mucho y con quien queremos trabajar. Y eso nos ayuda a mantener la frescura, el hecho de que puedas moverte hacia otros sitios. Es como un instrumento. En cuanto a las letras, creo que líricamente este álbum es muy potente. Se ha alejado de algunas de las restricciones de la música de baile. Somos artistas de electrónica, pero a Tom y a mí nos encanta la forma de componer clásica: los Beatles, los Smiths, Bob Dylan. Así que no nos da miedo una canción, no sentimos la necesidad de enterrarla”.


El tema con los Klaxons y Dev (Lightspeed Champion) supone en particular una vuelta completa a la rueda. Este llamado grupo de new rave era habitual en la pista de baile del club Heavenly Social, y a Tom y Ed les encantaba la intensidad de sus actuaciones en directo, conectando con espíritus afines. Sacando tiempo para ir al estudio con los Chemicals intercalando días libres entre un concierto en Bolonia y otro en París, James de los Klaxons y Dev (Lightspeed Champion) trajeron algunas ideas grabadas en un teléfono móvil y de algún modo “All Rights Reversed” se consiguió terminar en un día.


Así que éste es el sexto álbum. Sonidos nuevos, canciones potentes, melodías enrevesadas, emociones cambiantes y ritmos devastadores, algo que es sencillamente propio de los Chemical Brothers, aunque bastante distinto a cualquier otra cosa que puedas haber escuchado de ellos o de cualquier otro artista antes. A estas alturas ya se sabe qué se puede esperar de un álbum de los Chemical Brothers. Algo totalmente inesperado.

martes, 1 de abril de 2008

Me verás caer!


Que poco queda de aquel Solari de los Redondos de las primeras épocas, algo le pasó, no pensé que se haya quedado sin inteligencia. Es que la entrevista que le concedió a German Arrascaeta para La Voz Del Interior deja mucho que desear, esperábamos más de vos indio…
El reportaje se publicó hace poco más de siete días en consonancia con la salida de su nuevo disco solista Porco Rex y su respectiva presentación en Córdoba, en la ciudad de Jesús Maria el próximo 12 de abril.
Una pobre entrevista de Solari donde no dice nada, solo se dedica a defenderse de sus supuestos agresores, de los grandes medio de comunicación y donde se reivindica parte de la cultura rock en donde afirma no ser parte del gran negocio del rock, jajaja.
También destaca su amistad con Andrés Calamaro y prefiere ser diplomático no pegándole a nadie, ni a García, ni a Páez, etc.
Tampoco aclara la misteriosa disolución de los Redondos, aunque deja entrever su pelea con Skay Beilinson. De Soda Stereo afirma tener mas cosas en común de lo que todos creemos. De la actualidad del Rock argentino no dice mucho tampoco, declara que le gustan Las Pelotas pero no mucho más. ¿Será porque no quiere reconocer sus propias pobrezas? ¿Es necio y no puede asumir que ha perdido el tren?
Evidentemente el indio no tiene la grandeza y la franqueza de Skay a la hora de hablar y opinar sobre música, de artistas, etc.
Pero como si esto fuera poco el “burgués prolijo”, como el se define, reivindica la cultura del esfuerzo, jaja, haciendo un obsceno reconocimiento a la figura de Palito Ortega, destacando que con su esfuerzo pudo pasar de ser un peón a empresario millonario. Que dirán las grandes mayorías de este país? Hay que tener esperanzas, algún día si ponemos empeño seremos como Palito, empresarios millonarios, jeje de terror!!! Y ni mencionemos el papel de Palito en la dictadura y en la gobernación de Tucumán…
Finalmente Solari se siente aliviado con los Kirshner en el poder, sostiene que estamos mejor, que ya no vivimos en el paradigma neoliberal y que ve con buenos ojos este gobierno sobre todo en el terreno de los DD HH.

Sofía


Sofía añora los años de su infancia. Ella los recuerda con nostalgia. A veces sueña que todavía es niña y que corretea por los parques de la vieja casona de sus abuelos. Pero Sofía se siente frustrada. Ella piensa que todo pasado fue mejor. Sofía tiene 33 años y la vida no le ha sido favorable en estos últimos tiempos. Sofía no tiene muchas esperanzas de que las cosas mejoren. Ella siente que ha sido traicionada. Sofía camina lentamente por la avenida rumbo a su trabajo. Ella mira pero no mira. A veces se imagina que solo se trata de un mal sueño, pero una y otra vez su cruda realidad la despierta salvajemente.
Sofía se va a dormir por las noches temprano, esperando despertar niña otra vez y volver a empezar.

Ella vendrá

Tu calida letra me provoca cada vez más audacia.
Te percibo dulce y armoniosa como cuando las flores se despiertan por la mañana
Saldré a buscarte. Estoy decidido. Quiero improvisar.
No tengo muchas armas, pero eso no me detiene.
A esta altura tengo poco que perder. Solo deseo encontrarte.
Anoche te imaginé como una estrella brillando en mi oscuridad.
Eso si, tengo que pedirte un favor, solo uno, mi única imposición, quiero que me trates suavemente.

MOBY



“Te llamo dos minutos antes de comenzar la entrevista; espera en el portal porque arriba no hay sitio”, pide la asistente de Moby, que promociona Last Night desde su apartamento en el barrio neoyorquino de Nolita. En efecto, en casa del músico no hay espacio para recibir a las visitas. Moby ha vendido más de 15 millones de discos, pero el loft donde vive desde 1995 no es muy diferente al de cualquier moderno del barrio, incluyendo el estudio donde trabaja y una segunda planta para dormir. Le digo que me lo encuentro todo el rato por la calle, que desayuno en Teany –la tetería que abrió junto a su ex novia–, que tengo más de una camiseta de Little Idiot –la tienda de diseñadores que apadrinó en el Lower East Side– y que envidio su megachalet minimal en el campo –lo vi en un programa de casas de famosos–. “Ya no tengo ninguna de las tres cosas. Mi vida ya era demasiado complicada como para mantenerlas”, aclara este chico de 42 años y cara de no haber roto un plato que ha recorrido el planeta de cabina en cabina desde los años 80. Moby se sienta y responde sin pestañear.

¿Qué cuenta este nuevo disco, Last Night?
La idea era hacer un disco de dance que fuera como una noche de nueve horas en Nueva York, condensada en 65 minutos. Mi barrio está lleno de bares y yo salgo mucho, así que quería hacer un homenaje a la noche neoyorquina.

Imagina que estás en un club y escuchas este álbum por primera vez. ¿Qué harías?
Es muy ecléctico para ser un disco dance. Hay rave, hip hop, house, temas más tranquilos... Si estuviera en un club, algunas canciones me harían correr a la pista y otras ir a la barra a pedir una copa.

Last Night también da nombre a tu canción preferida en este trabajo. ¿Y si esta fuera tu última noche?
Creo que la pasaría solo, trabajando en mi estudio y escuchando música. No puedo pensar en nada mejor. Me gusta esa canción porque es como si las demás condujeran a ella en una larga noche de fiesta en Nueva York. Una noche loca que acaba en este tema calmado. Además, es la única con una letra seria. El resto son divertidas, pero ésta tiene una profundidad emocional que me encanta.

El veterano rapero Grandmaster Caz te acompaña en I love to move in here, un tema que suena a ‘hitazo’. ¿Siempre buscas un éxito cuando cocinas un disco en tu estudio?
No soy un artista de radio y nunca sé lo que va a funcionar. Sólo trato de hacer discos que me gusten. Si algo acaba siendo un éxito, fantástico. Si no, también bien. En mi anterior trabajo tenía una canción con Amaral y cuando sacamos el álbum nadie pensó que iba a ser un single en España. Como ves, nunca podría dedicarme a eso en una discográfica. Hay gente como Justin Timberlake, Timbaland o Robbie Williams que son muy buenos haciendo éxitos. Yo no tengo ni idea. De hecho, me he equivocado muchas veces.

Volviendo a la noche en tu ciudad, ¿cómo ha cambiado desde los 80, cuando empezaste a pinchar?
Nací en Harlem, me mudé a Connecticut y volví a los 22. Conozco esta ciudad como la palma de mi mano. Nueva York fue sucia y peligrosa durante años. Ahora es muy segura y próspera, pero la noche todavía es excitante, con cientos de bares, clubs y locales de conciertos. Muchos dicen que ya no es tan interesante como hace 20 años, pero yo simplemente creo que es diferente. No es que sea peor; es diferente. Y si quieres peligro, aún lo puedes encontrar.

¿Cómo eran entonces la música, las drogas y la gente, tres ingredientes básicos en una pista de baile?
Es interesante porque el disco murió en todos los sitios excepto aquí. En el 87 nadie sabía sobre música dance fuera de Nueva York. No había periodistas de Japón o España en la ciudad escribiendo sobre música dance. La escena existía sólo en los clubs negros, latinos y gays. Pero a medida que avanzaron los 80, la urbe se convirtió en un lugar oscuro, con mucha gente muriendo de sida y enganchada al crack. Nueva York empezó a ser como Sarajevo: una ciudad sitiada. La gente siempre ha tomado drogas. Hubo un periodo entre el 90 y 91 que en los clubs sólo había éxtasis porque el crack daba mucho miedo. Ahora hay de todo, pero afortunadamente ya no hay muertes tan a menudo.

¿No te cansas de pinchar?
Tocar en directo es fantástico, pero las giras no lo son tanto. Vives en un autobús, duermes mal, te despiertas en un aparcamiento, estás lejos de casa durante meses… Pinchar es todo lo contrario. Es fantástico porque tienes mucha conexión con la gente. A mí me gusta hacerlo en sitios pequeños, en familia, donde cada noche es una fiesta completamente distinta. A diferencia de las giras, en las que haces el mismo set cada noche, cuando pincho puedo ser espontáneo y cambiar en cada sesión.

¿Dónde estás ahora?
Pincho un jueves al mes en Hiro (el club del Hotel Maritime; calle 16 con avenida 9). Y mi lugar preferido es Nublu (avenida C y calle 4) porque es pequeño, sólo para 85 personas, y puedo experimentar.

¿Por qué Nueva York, ‘la ciudad’ para casi todo, está todavía detrás de Berlín o Londres en música electrónica?
No lo sé. Supongo que el acercamiento a la música aquí es muy distinto, mucho más ecléctico. Me encanta Berlín, pero es una ciudad llena de alemanes. Me gusta Londres, pero es una ciudad llena de británicos o europeos. Nueva York, sin embargo, está llena de gente de todo el planeta. Los neoyorquinos son negros, blancos, latinos, asiáticos. Quizá no se toman la música tan en serio y cuando salen, lo que quieren es divertirse.

¿Qué piensas de fenómenos como las fiestas de Misshapes (tres veinteañeros muy de moda en la noche neoyorquina de los últimos años) en la escena del downtown?
Es fantástico. Lo mejor de Nueva York es que, aunque sea segura y rica, siempre tendrá fiestas como las de Misshapes o Motherfucker (sus cuatro componentes se separaron hace unos meses tras siete años llenando clubs) donde la gente baila y se divierte. Nueva York siempre va a ser una ciudad para noctámbulos porque los bares abren hasta tarde, nadie conduce y el transporte público te lleva a todas partes.

Mezclas góspel, tecno, rap, ambient... ¿Hay algo que te gustaría hacer que todavía no hayas intentado?
La mayoría de los discos los he hecho en esta casa, a tres metros de donde estamos ahora sentados. Así que sería muy interesante hacer un álbum en un estudio desconocido. El mío es demasiado familiar. También me gustaría hacer más colaboraciones con otros artistas porque durante la mayor parte de mi vida he trabajado solo.

“Tan aplaudido por ponerle cara al anónimo género de la electrónica como despreciado por trivializarlo”, dicen de ti. ¿Te reconoces en esta etiqueta?
Es demasiado simple. Llevo mucho tiempo haciendo discos muy diferentes: comerciales, experimentales, pop, underground… Yo no soy mejor ni peor que otros artistas, pero sí más difícil de encasillar. Eso no significa que sea bueno en lo que hago, si no que he tenido una extraña carrera.

Otra descripción de Moby: cristiano y vegetariano radical.
No creo que haya ningún radicalismo en mis creencias y me gustaría que la gente piense en mí como músico.

¿Hacia dónde va la música electrónica?
No tengo ni idea. Lo mejor es que cualquiera puede hacerlo. Antes necesitabas un gran equipo para hacer electrónica. Ahora es mucho más democrático: basta con un ordenador.

¿Qué has hecho en estos últimos dos años, entre Hotel y Last Night?
He estado trabajando en mi estudio y en una web que no se conoce mucho en Europa: www.mobygratis.com, así en español, en la que ofrezco música gratuita a estudiantes y cineastas independientes. He volcado temas que no voy a incluir en mis discos para que puedan utilizarlos gratis.

Fuiste muy activo en las elecciones de 2004. ¿Preparas otra campaña anti-republicana para las presidenciales de noviembre?
No creo. En 2004 luchábamos contra el dictador instalado en la Casa Blanca. Ahora la política está volviendo a la normalidad, los demócratas han ganado poder y la popularidad de Bush está bajo mínimos.

¿Crees que Estados Unidos está preparado para tener a una mujer o un negro al frente de la Casa Blanca?
Creo que sí. EEUU tiene una gran capacidad de cambio, y tener un presidente negro o mujer enviaría un mensaje muy positivo al resto del mundo. Al menos serviría para demostrar que este país no está tan loco como ha parecido estar durante los últimos seis años.



Revista MAN