Pequeña crónica intrascendente

Eran las doce y media de la noche aproximadamente, entramos a ese lugar cool de calle independencia. Es un subsuelo, bajamos, el bar me gusta aunque es muy cheto para Ivan. Miguel y su trup no encuentran donde sentarse. Decidimos irnos. Subimos las escaleras para salir Emmanuel, Ivan y yo cerramos la fila,
Cuando estamos por salir una de las chicas que estaba sentada en un pequeño hall a la entrada del bar le dice a la otra –“Mira, se van los pibes”