Cuerpos anónimos miran al cielo esperando una señal. ¿Sólo somos impulsos eléctricos? ¿Nadie nos observa desde arriba? O, ¿Nuestras vidas ya han sido programadas con anterioridad al mismo momento de nacer?
Si nuestra existencia es una casualidad, entonces los milagros existen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario