Las alfombras pueden esconderte mientras tanto.
El vértigo asoma con descaro una y otra ves. El vértigo se siente seguro, no tiene prisa.
Mientras tanto las alfombras te sirven de refugio. Allí estarás seguro por un tiempo más.
En cambio el vértigo se asocia a la audacia mas audaz, al silencio mas pertubador.
El vértigo asecha y reconforta, distrae y alucina, estremece y regocija.
El vértigo es inmune e impune. Vos mientras tanto, estás ahí, debajo de la alfombra.
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