Hace unos días tuve la hermosa idea de ver Las Mantenidas sin Sueños, película argentina que se estrenara un par de años atrás y que no había tenido la oportunidad de ver. La película esta codirigida por Vera Fogwill y Martín Desalvo. La propia Vera Fogwill interpreta uno de los papeles centrales, Florencia, la madre, una de las mantenidas sin sueños.
Y la verdad es que quedé impresionado, que buena película, que mucho que se puede mostrar con un guión tan simple, sin grandes nudos ni complejidades.
Pero todos los elogios de la película se lo lleva Lucia Snieg, que pedazo de actuación pendeja! Lo tuyo no tiene nombre, no se puede creer lo que pelas en la peli!, perdón, Lucia Snieg interpreta a la niña Eugenia Hija de Florencia.
Una opera prima más que interesante, con una temática simple hegemonizada por el postmodernismo en las relaciones entre madre e hijas. Una madre joven que no puede llevar adelante la responsabilidad de una hija de casi nueve años y ésta niña que no solo se cuida a si misma, sino que tiene que encargarse de su madre, que continuamente está bajo los efectos del alcohol y las drogas. La madre de Florencia las ayuda económicamente de ves en cuando, pero la desmoraliza con sus constantes reproches.
Universo femenino, cocaína, humor, abortos, menstruación y un parto.
En esta historia ninguna puede sola, pero juntas pueden llegar a soñar, aunque sólo sea algo.
La película se completa con Mirta Busnelli, Edda Díaz, Mía Maetsro, Elsa Berenguer, Gastón Pauls, Julián Kracov y Pascual Cóndito.
Mención aparte para la musicalización de la película que corre a cargo de Babasonicos, excelente, como de costumbre.
Yo no soy un cinéfilo, ni un especialista del séptimo arte, y mas allá de todos los premios que ganó este film en cuanto festival se presentó, creo que eso no me impide reconocer una buena película, esas que te dejan con las ganas, con las que te quedas colgado un rato largo después de verlas, es que cuando del otro lado de la pantalla hay una buena historia, solo tenes que dejarte llevar.
“La película no pretende dar una cátedra de vida; tiene muchas más preguntas que respuestas, porque interactúa con cada persona que la ve. Me gusta que la gente reaccione
ante ella, porque eso le permite estar viva. Yo he tomado los peores momentos de mi vida con mucho humor; es parte de mi naturaleza. Todo lo que hago tiene, por lo tanto, un humor que es dramático, porque la vida de por sí es absurda”.
VERA FOGWILL
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