Jon Juanma Illescas Martínez
Rebelión
Ante la oportunidad que en América Latina, en países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, etc, se vislumbra en el horizonte de lo posible, para que algunos pueblos caminen hacia el socialismo, tenemos el deber de ser muy exigentes con nosotros mismos y con nuestros líderes para no desaprovechar este gran momento histórico. En relación a esta tarea, que nos es común a todos los que queremos un mundo más justo, propondré un recetario sobre algunas premisas claves sin las cuales considero será imposible substituir el sistema genocida y dictatorial conocido por el nombre de capitalismo, por aquel otro igualitario, democrático y verdaderamente libre, llamado socialismo.
El artículo se estructurará del modo siguiente: primero haré unas aclaraciones necesarias para evitar malinterpretaciones y confusión. En segundo lugar, enumeraré unos puntos que creo debieran ser de obligado cumplimiento antes de poder decir que una sociedad es socialista o al menos mayoritariamente socialista. Para acabar, en la tercera parte, propondré unas ideas abiertas a discusión sobre qué hacer con algunos elementos que no dejan de suscitar polémica incluso, entre los socialistas más revolucionarios. Estas últimas son solamente ideas para el debate, no dogmas de fe. Así que nadie se me altere, por favor. Como dice el refrán “no vayamos a ser más papistas que el Papa”.
Aunque pudiera estar equivocado en algunas propuestas tanto de la segunda como de la tercera parte, me lanzo a la piscina para provocar el necesario debate más allá de la pelea maniquea entre chavistas/escuálidos, cubanos/imperialistas, correistas/reaccionarios, etc... Esta dicotomía está muy nítida y no hace falta aclararla, la dicotomía que me parece importante aclarar es en las filas revolucionarias, quien quiere qué y hacia donde vamos. Porque muchas veces la más peligrosa contrarrevolución está, hoy como ayer, en las propias filas revolucionarias. Dicho esto, qué duda cabe que estaré siempre e irremediablemente del lado de todos los revolucionarios e incluso de los progresistas honestos1 ), pero eso sí, siempre a la vanguardia de la lucha por el socialismo. Por ello, propongo una serie de medidas constructivas concretas que creo serán muy de agradecer (se esté de acuerdo o no) por el conjunto de los trabajadores y los socialistas honestos, que muchas veces se hastían de escuchar críticas al capitalismo pero se quedan huérfanos de propuestas socialistas concretas. Ésta es mi humilde aportación para comenzar a girar la balanza.
1. ACLARACIONES
En el recetario socialista, simplemente propongo los enunciados y una mínima explicación del porqué de la necesidad de implementar la medida. Ciertamente no me puedo extender en las explicaciones buscando las razones gnoseológicas ni los argumentos expuestos por grandes pensadores de la literatura socialista y/o marxista2. Evidentemente estas propuestas se deberían desarrollar legalmente, manteniendo el espíritu y ahondando críticamente en los posibles huecos legales que pudieran tener para que no pudieran ser aprovechados por los arribistas, la burguesía y los revolucionarios termidorianos3.
Utilizaré indistintamente los términos nacionalizar y/o colectivizar. En los dos casos me referiré al paso de la propiedad privada de los medios de producción a la propiedad colectiva, de todo el pueblo, de estos mismos medios. La gestión democrática correrá a cargo principalmente des los trabajadores y consumidores (todo trabajador es consumidor pero no todo consumidor es trabajador de ese medio de producción), legítimos propietarios de los medios. La intervención estatal se efectuará cuando no haya más remedio debido a la necesidad de planificación o a la aportación de algún especialista técnico ajeno a la plantilla laboral de ese medio público.
2. RECETARIO
Estas medidas necesarias, bajo mi punto de vista, que pasaré a enumerar se dividen en dos tipos: económicas y democráticas. Del mismo modo que muchos marxistas entienden que es imposible construir el socialismo con los medios de producción en manos privadas, yo también entiendo que compartiendo este punto de vista, es absolutamente necesario establecer unos métodos democráticos y de control de las individuos que en esta sociedad tengan puestos de gran importancia y poder (el alto funcionariado). Para que realmente estas personas sean como versa la vertiente socialista que viene desde la Revolución Francesa, mandados y no mandantes, es necesario implementar una democracia popular (no confundir con las diversas dictaduras burocráticas acaecidas bajo la órbita soviética) que vertebre y otorgue un verdadero poder al pueblo que le permita reaccionar si de pronto antiguos líderes comienzan a obrar ajenos a la voluntad popular. Comencemos pues, la relación:
2.1 MEDIDAS ECONÓMICAS
1. Nacionalización/colectivización de la banca.
El ahorro de los trabajadores no puede ser aprovechado por los capitalistas para hacer sus negocios que encarecen el precio de la vida de las clase trabajadora, con los cuales mantienen y fomentan el capitalismo internacional robando la plusvalía generada por el conjunto de la clase obrera mundial. El Estado gestionará con el conjunto del pueblo el ahorro para que repercuta en el bienestar y en la felicidad popular.
2. Nacionalización/colectivización del comercio exterior.
Un poco más de lo mismo.
3. Nacionalización/colectivización como mínimo de las principales empresas productoras de cada país en cuestión.
¿Hablamos de socialismo no?
4. Establecer un límite de posesión de activos (tierras, propiedades inmuebles, capital...) entre los ciudadanos.
Para que nadie tenga 100 o 1.000 veces la renta de otro ciudadano porque evidentemente esto no es socialismo. Mientras hayan Gustavos Cisneros, Bill Gates, Botines, etc... viviendo alegremente con toda su riqueza robada a los trabajadores (que son los únicos que la crean), bajo el paraguas de una sociedad determinada, ésta no se podrá llamar a si misma socialista de ninguna manera. El socialismo debe caminar hacia el mayor igualitarismo material posible.
5. Bajar los sueldos de los funcionarios hasta que sean los propios de un trabajador cualificado.
Se podría poner un tope de 2 o 3 salarios mínimos. De lo contrario aunque nacionalizáramos toda la economía, tendríamos una nueva clase dirigente de burócratas con intereses antagónicos a los de los trabajadores. En ese caso la restauración capitalista sería cuestión de tiempo como sucedió en la URSS, entre otras cosas por ésta cuestión.
6. Colectivización de todo el comercio interior que no esté en manos de cooperativas y/o autónomos.
Estas últimas tendrán un fuerte impuesto progresivo y estarán bajo la supervisión del pueblo. El motivo de respetar estas dos formas de trabajo ajenas al trabajo asalariado sería solamente en caso de que sean necesarias para responder a la elasticidad de la demanda de determinados bienes. Las cooperativas, por supuesto, tendrán un límite de personal y por supuesto, de ingresos y activos como el resto de la población.
7. Eliminación paulatina del software privado y progresiva substitución completa por el software libre4.
O sea 0% Windows por poner un ejemplo y 100% programas de base GNU/Linux de código abierto gratuitos. El Estado debería potenciar y dar fondos para el desarrollo de un software libre que cumpliese todas las necesidades por medio de la investigación y en colaboración con programadores socialistas que ya andan en esta tarea incluso en el difícil marco capitalista que no hace sino limitarlos y constreñirlos. Igual que nadie nos cobra cada vez que escribimos por haber patentado el abecedario, ningún capitalista debe lucrarse del trabajo de muchos trabajadores e investigadores informáticos que le han precedido.
8. Progresiva disminución de la jornada laboral y ampliación del tiempo de vacaciones para los trabajadores5.
De este modo, eliminaríamos paulatinamente el margen de plusvalía extraído de los trabajadores por parte de los capitalistas o de la burocracia parasitaria si la hubiera o hubiese. Aprovechando para ello, el aumento de la productividad generado por la tecnología. Los trabajadores tendrían más tiempo para el enriquecimiento espiritual y el descanso psicofísico lo que aumentaría exponencialmente la felicidad popular y elevaría la cultura humana a cumbres nunca vistas en toda la historia.
9. Nacionalización de los medios de transportes.
Incluidas las aerolíneas, trenes, ferrocarriles, compañías de buses y sus instalaciones.
10. Abolición del derecho de herencia.
Esto hace referencia a la herencia de los bienes inmuebles (tierras, edificios, construcciones, caminos y minas así como sus adornos incorporados). Ellos pasaran a manos del pueblo que junto al Estado decidan quien necesita de esa vivienda teniendo prioridad los hijos de los fallecidos siempre que sea un inmueble medio. En caso que fuera un inmueble de lujo de la anterior burguesía capitalista, el Estado lo expropiará para uso comunitario (que no para las fiestas de los burócratas), como por ejemplo para bibliotecas, cines, salas de música, etc. Esta abolición de la herencia NO hace referencia a si el papá de alguien tenía una chaqueta, un álbum de fotos, una bicicleta, etc, que quería dejar a su hija porque le hacía ilusión o alguna cosa de esta índole y de contenido sentimental que no afecte mediante la herencia al bien, la igualdad y la felicidad del resto de la sociedad socialista.
11. Nacionalización/colectivización de los hospitales privados de salud.
Un único sistema de salud. Para que todos, incluidos los máximos funcionarios tengan el mismo trato médico. Para que se preocupen de gestionarlo excelentemente ante la posibilidad de que sus hijos vayan también al mismo hospital que el hijo de un minero.
12. Nacionalización y fomento de una industria farmacéutica colectiva y nacional6.
Sólo se permitirá la importación de medicinas en caso de que no se pudieran elaborar en el país, bajo argumentos probados. Las farmacias (distribución al por menor) también serían nacionalizadas. La salud es un derecho universal y nadie puede jugar como ahora acontece, con las enfermedades de los demás para enriquecerse7.
2.2 MEDIDAS DEMOCRÁTICAS
13. Revocabilidad de todos los funcionarios del gobierno por elección popular.
Ellos son los mandados no los mandantes, hay que superar ese vestigio común de toda sociedad de clases. El pueblo tendrá SIEMPRE iniciativa para proponer la revocación popular de un funcionario por motivos de corrupción o incompetencia probado. La consulta se efectuará mediante referéndum en la demarcación afectada (comuna, municipio, región, Estado...)
14. Preservar espacio para la crítica en los medios de comunicación públicos controlados por el Estado bajo mandato y supervisión democrática del pueblo.
Esto significa que no se le llamará “antirrevolucionario”, ni “servidor del Imperio” al que critique el comportamiento de tal o cual líder, o de tales o cuales políticas. Las personas, todas sin excepción, nos podemos equivocar. Y no pocas se pueden corromper ante los chantajes de la burguesía si su moral no está a la altura. Ello servirá para que el pueblo mantenga una dialéctica real con sus con sus líderes, con sus mandados. De este modo se asegurará el espacio para las voces críticas sin que deban irse a los medios capitalistas de la reacción para poder hablar. Ya que de esta forma son aprovechados por los capitalistas para confundir al pueblo, al ver éste que los “disidentes” dicen una verdad que los medios de la Revolución hipócritamente ocultan (por ejemplo denuncias de casos auténticos de corrupción de líderes llamados socialistas), podrían pasar a las filas de la reacción por desmoralización y falta de crítica interna en los márgenes de la Revolución. La fórmula es que esas denuncias se reflejen en los medios revolucionarios y que incluso exista espacio para la derecha para exponer sus argumentos de igual a igual, y vencerlos en la contrargumentación. Estos espacios para la crítica serán uno de los mayores orgullos para los ciudadanos que vivan bajo la democracia socialista, quedarán englobados en las noticias, los debates públicos, etc... de los canales de televisión, la radio, Internet... Este derecho de crítica institucionalizada permanente, será una medida eficaz de higiene para la buena salud de la Revolución y su insuperable carácter democrático.
15. Presupuesto participativo absoluto en lo concerniente a los presupuestos de la comuna.
Siempre manteniendo un límite mínimo establecido por el gobierno (funcionarios + pueblo) que garantizase la solidaridad interterritorial y el buen funcionamiento de los servicios públicos nacionales.
16. Independencia de acción de los sindicatos respecto al Ejecutivo.
No en el sentido de que no puedan libremente apoyar una ideología o unos partidos cada uno de sus miembros, pero sí en el sentido de que no sea el Ejecutivo quien los controle. La democracia debe partir de los propios sindicados. De lo contrario, la democracia socialista pasaría a ser una suerte de autoritarismo funcionarial.
17. Elección popular de los jueces y resto de magistrados.
Una vez estos hayan pasado unas pruebas de conocimientos científico-técnicos que validen su capacidad formativa. Revocabilidad de los mismos por medio de iniciativa y mandato popular.
18. Respeto y blindaje legal para las diferentes lenguas y culturas de las minorías étnicas.
El socialismo debe respetar las diferencias dentro del marco de la igualdad.
19. Libertad de asociación y decisión para la Policía y las Fuerzas Armadas.
O la democracia es para todos o nos vemos como en la Antigua Atenas en donde sólo había democracia para algunos y esclavismo a secas para el resto.
Posibilidad reconocida de deserción antes de comenzar una misión por parte de los subordinados en el Ejército. Las políticas implementadas por la Policía y las Fuerzas Armadas a propuesta de los principales oficiales, deberán ser aprobadas por la mayoría de los soldados y suboficiales mediante la proporción un hombre, un voto. Posibilidad de iniciativa política por parte de los soldados. Esto eliminaría muchos abusos en las Fuerzas Armadas y democratizará el cuerpo, amén de ponerlo a trabajar verdaderamente para la voluntad popular.
20. Elección popular de los principales cargos de la Policía y las Fuerzas Armadas.
Para que de este modo, dejen de ser el brazo armado de la burguesía y pasen a ser el garante de los intereses del pueblo en contra de los intereses capitalistas. Para que el monopolio de la violencia, cuando no quede más remedio que utilizarla represente la voluntad de la mayoría.
21. Prohibición del financiamiento privado de los partidos políticos, tanto en los períodos electorales como en los no electorales.
Los partidos políticos tendrán habilitados unos lugares para exponer sus propuestas y de este modo acabaremos con el gasto innecesario que supone la propaganda política heredada del capitalismo. Además, ello ayudará a mantener limpias nuestras calles y paisajes. Igualdad de condiciones (minutaje) a la hora de salir en los medios públicos. Esto no quita que el gobierno del momento, que es el que ejerce la función ejecutiva salga más tiempo en los medios debido a que forma parte de la información que necesita el pueblo para su participación política. Pero sí significa, que el partido o los partidos que conformen el gobierno, deberán salir lo mismo que los de la oposición. Para los revolucionarios que digan que la oposición ya tiene los medios privados trabajando para la Contrarrevolución, les informaremos que estos deben ser nacionalizados porque el socialismo no es compatible con la dictadura informativa de Marcel Granier, de Cisneros o de Ruper Murdocht. El socialismo es el poder del pueblo, el poder igualitario de todos sus miembros. Los medios públicos no pueden conformarse como una trinchera del ejecutivo por muy revolucionario que éste sea. Si no se quiere que los políticos de derecha salgan por partida doble, en los medios del pueblo y en los privados, nacionalícese pues estos últimos, colectivizándolos para el control democrático popular.
22. Control democrático de las subvenciones estatales a la cultura.
Que el pueblo elija y pueda postular a los artistas con los que mejor se representa. En manos de estos últimos estará superarse a si mismos y establecer una relación dialéctica para elevar las miras del pueblo. Una relación en la cual, los artistas propondrán al pueblo de igual a igual, mediante una actitud pedagógica exenta de paternalismo las bondades de sus proyectos. El pueblo decidirá soberanamente después de la sana competencia entre las diferentes propuestas de los artistas populares. Se acabaron los artistas que reciben dinero de todos por que conocen a fulanito de tal que tiene un puesto en tal ministerio. Proyectos artísticos por tanto dispuestos a refrendo popular. Arte por y para el pueblo.
23. Fin de la subvención pública a colegios, liceos y universidades privadas.
Si quieren existir que sean sus miembros quienes paguen íntegramente los costos, sino que desaparezcan. 0% subvención estatal a estos grupos oligárquicos y privilegiados propios del capitalismo. Además, una vez obtenidos los títulos en estos centros privados, los alumnos de deberán ser examinados por funcionarios públicos con la finalidad de comprobar su aptitud académica. El currículum básico deberá ser el mismo que el de los centros públicos y sólo podrán diferir en unas pocas asignaturas optativas o disposición de las clases. Los inspectores públicos revisarán los centros para garantizar el derecho a la enseñanza de los alumnos.
24. Ocupación obligatoria y aleatoria de puestos humildes por funcionarios dirigentes8. Rotación de los cargos aleatoria y obligatoriamente entre la cúpula estatal y los obreros.
Ello ocurriría en un período pequeño a discutir, pongamos 4 o 5 veces al año, entre los máximos dirigentes del Ejecutivo (incluidos Presidente y Vicepresidente), el Legislativo y la Judicatura hacia los trabajos realizados por los obreros menos cualificados y más duros (léase minas, agricultura, etc...). Las jornadas de trabajo serían reportadas por los medios colectivos de comunicación (tanto locales, comunales como nacionales) y los dirigentes las realizarían en las mismas condiciones de seguridad e higiene que el resto de trabajadores de ese determinado oficio. De este modo, los líderes mantendrían un mayor lazo con el pueblo que peor viviese y de este modo se preocuparía para que viviese mejor. Sería un escudo para la corrupción de los líderes y el olvido de éstos respecto a las clases populares. ¿Se imaginan a sus líderes trabajando codo con codo una jornada completa en su trabajo?
25. Facilitar la iniciativa popular legislativa vinculante.
Con las firmas de un 1% de la población a nivel comunal, local, regional y nacional según a quien correspondiese la aprobación legal en cada caso, el pueblo tendría derecho a plantear en referendo cualquier iniciativa legislativa. Se fomentará una cultura de participación popular permanente gracias al nivel conseguido con la informática. El voto será libre, no obligatorio. De este modo, por ejemplo un día a la semana, la población podrá acudir a los centros permanentes de voto para dar su opinión vinculante sobre una batería de propuestas populares, los partidos y/o los ciudadanos individuales tendrían reflejada su postura ante las mismas para orientar a los votantes si ellos así lo demandarán con el interfaz de la máquina de voto.
3. PROPUESTAS PARA EL DEBATE.
1. Legalización de la prostitución bajo el marco de la sociedad en vías al socialismo9.
Sería un método para mejorar la calidad de vida de los y las trabajadores/ras del sexo, siempre garantizando que se puedan dedicar a otras profesiones si así lo deseasen.
2. Legalización de las drogas blandas.
El autor aclara que nunca ha probado en toda su vida una droga (excepto la TV capitalista de la que ya se he desenganchado totalmente), ni tan siquiera fumó en su vida un cigarrillo. Por tanto, que proponga la legalización de drogas tipo marihuana u otras semejantes, no obedece a una intención apologética de las mismas. Nada más lejos de la realidad. El autor considera que las drogas no hacen sino desactivar a la población minando su conciencia revolucionaria, capacidad de análisis y aumentando su alienación. Dicho esto, otras muchas más cosas también lo hacen, siendo legales e incluso mucho más peligrosas. El motivo de la legalización sería acabar con el Mercado Negro de las mafias y su estela de corrupción (trata de blancas, asesinatos...) además de su poder caciquil/feudalista en apoyo a la burguesía y al capital internacional (paraísos fiscales, asesinatos políticos...). Desde la legalización y el control regulado del comercio de estupefacientes en las farmacias, se iría poco a poco con el convencimiento y la cultura animando/concienciando a las personas a dejar esa basura alienante. Además, los efectos más mortales provocados por la adulteración de la mercancía psicotrópica en el Mercado Negro por la falta de control, serían eliminados con la garantía estatal de su composición y con la ayuda de un prospecto médico en donde se informara de sus efectos y peligros.
3. Investigación con energías renovables con especial protagonismo de la solar.
Fomentar en serio la investigación de las energías más limpias. El caso de la solar es paradigmático, porque es una energía que nos haría independientes de las transnacionales ya que el pueblo no necesitaría de ninguna estación de suministro de energía porque la obtendríamos directamente de la naturaleza, en este caso del Sol. Además sería la que menor impacto ecológico tendría si se optimizara el nivel de rendimiento por centímetro cuadrado de la placa fotovoltaica. Es una cuestión de inversión y voluntad política10.
CONCLUSIÓN
En este artículo se pueden observar coincidencias con las 10 medidas sugeridas para instaurar el socialismo narradas por Marx y Engels en el Manifiesto Comunista ya en el siglo XIX. Éstas, más nuevas que he propuesto en vista de la mayoría de revoluciones fallidas del siglo XX, urgen como absolutamente necesarias para construir, con valentía revolucionaria, el Socialismo del Siglo XXI. El artículo cumplirá su objetivo sólo si se transforma en herramienta para el fructífero debate socialista.
Sintetizando lo antes expuesto, creo que el lema clave para alcanzar este socialismo liberador, igualitario, fraternal y democrático sería: “Contra el Capitalismo, Socialismo; contra la Burocracia, Democracia11”.
Notas:
1. Nada que ver con el social-liberalismo europeo adscrito a la Segunda Internacional, que en su dirección actual forma parte de la reacción global, mediante su conexión con la oligarquía mundial mediante grupos como Davos, el Club Bilderberg, los Iluminati y demás sectas de la “Internacional Capitalista”.
2. En la medida de lo posible, con todas las limitaciones de conocimientos teóricos que el autor pudiera tener de esta vasta literatura revolucionaria. Con gusto intentará ahondar y solucionar en la medida de los posible las dudas que el amigo lector tuviese. Para ello, diríjase al correo electrónico más abajo anotado.
3. Hace referencia a los miembros de la burguesía que comenzaron “a frenar” los elementos más progresivos de la Revolución Francesa a partir de la caída de los jacobinos en 1794. Trostsky también la utiliza para referirse a la burocratización de los líderes soviéticos una vez muerto Lenin
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