Los diarios de la burguesía Latinoamérica y Europea, sin mencionar a los yankis, se ha solazado en mostrar las escenas y reproducir el dialogo de cuando un reyezuelo de poca monta le dijo “¿¡Porque no te callas?!” al Presidente de Venezuela Hugo Chávez.
El incidente ocurrió cuando este último, apropiadamente, interrumpía al Presidente Español Rodríguez Zapatero cuando amonestaba a Chávez por haber acusado al antecesor del español, el presidente Aznar, de complotar para su derrocamiento en el 2002 y ser un enemigo y un “fascista”.
Zapatero trataba de darle a Chávez una lección de “diplomacia” imperialista y le enseñaba al dirigente Venezolano que, “aunque uno este en las antípodas ideológicas” siempre debe “respetar la investidura presidencial” de gentes como Aznar.
Ya se, me dirán que esa eran una cumbre “Iberoamericana”, y que tanto el rey Juan Carlos como Zapatero debían estar allí, pero en realidad era una reunión de países y gobiernos Latinoamericanos con los representantes del alicaído imperialismo español.
¿Que hacia en Chile ese reyezuelo de cuarta, vestigio del Borbonismo decadente del Siglo XIX, heredero del Franquismo y cómplice de la masacre de la Republica Española?
¿Qué hacia allí ese que sueña con hacerse de los despojos que ha dejado atrás EEUU en su expoliación de nuestro continente y rehacer sus vínculos paternalistas con nuestros países?
Estaba de claque de Rodríguez Zapatero, el socialdemócrata de derecha al que ni siquiera le quedan vestigios republicanos como para valerse por si mismo. La comedia montada por el reyezuelo de gritarle a Chávez y después retirarse ofendido hasta que lo fueran a buscar con disculpas, fue planificada junto a Rodríguez Zapatero poco antes de la reunión.
¿Vino a esta cumbre a hacerlo callar a Chávez y a recibir las disculpas de Bachelet por el entuerto y las de Kirchner por haberse quejado de “la puñalada por la espalda” que recibió de Tabare Vázquez?
¿Vino, junto a Zapatero a controlar los intereses imperialistas españoles y como enviados y representantes del gobierno Finlandés, de los de Telefónica y otras empresas españolas de comunicaciones, transporte y autopistas que manejan recursos privatizados en Argentina y otros países?
La respuesta a estos interrogantes es un definitivo sí. La culpa no la tiene tanto la comitiva del imperialismo español, como los alcahuetes de siempre que lo soportan. Kirchner que le pidió perdón al rey por haberse enojado con Tabare Vázquez y luego del incidente con Chávez invitó al “monarca” a visitar Buenos Aires.
O como Michelle Bachelet que salió presurosa detrás del reyezuelo para pedirle perdón y pedirle por favor que regresase a la reunión. O los mas que súbditos de esa realeza extinguida y anacrónica como Uribe de Colombia, la delegación peruana y otros que aplaudieron a Zapatero por amonestar a Chávez y sonrieron como carneros cuando la marioneta de la “realeza” regreso de un ratito de enojo.
La cumbre “Iberoamericana” no produjo más que chispazos y chisporroteos, alguna retórica y pocos “businesses” como dijo un periodista norteamericano presente y con ganas de torpedear cualquier cosa que saliera porque esa era la estrategia ausente del imperialismo norteamericano.
Es hora de re-pensar estos “dirigentes” nacionales y populares, y de seudo izquierda, que concurren a estos conclaves a besar el anillo real y someter informes para la aprobación de presidentes extra continentales de una potencia imperial decadente.
Todos ellos deberían aprender que por alguna razón importante nos deshicimos del yugo español casi 200 años atrás. Aquello fue una tragedia que San Martín, Bolívar, O’Higgins, Artigas y Morazán entre otros terminaron a balazos y sablazos echando a los realistas de uniforme del continente.
Chavez estaba en lo cierto. Aznar, y ahora Rodríguez Zapatero, son subversivos de los regimenes que no son fiables para los empresarios españoles o para el imperialismo en general.
Aznar se confabuló con los golpistas venezolanos y fue el que envió tropas para colaborar con EEUU en la masacre del pueblo Iraquí. España, bajo Aznar y ahora de Rodríguez Zapatero, mantiene sojuzgadas colonias en África, colabora con los planes internacionales del imperialismo norteamericano y en la explotación de nuestro continente.
Los dirigentes de los países latinoamericanos no tienen solo el derecho de enrostrarles en cualquier tribuna pública estos procederes y denunciarlos, sino que esa es su obligación, como lo es tomar medidas concretas para terminar el rol del imperialismo español en nuestro continente.
No es “civilizado” permitir que los que echamos dos siglos atrás, regresen como una comedia en el Siglo XXI. ■
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