Después de aquella charla telefónica, volví a desconfiar.
En un momento pensé que por fin habías aprendido algo y habías dejado de ser la niña idiota de la otra vez, pero intuyo que me estoy equivocando.
En realidad estoy algo desconcertado.
Tengo dos caminos enfrente y no se cual agarrar.
Después de aquella conversación telefónica he vuelto a dudar.
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