martes, 19 de agosto de 2008

Preludio

La niebla hegemonizaba aquella fría noche de julio en el bosque. Ahí nos encontramos con Julia. Teníamos las coordenadas correctas, sin demasiados preámbulos empezamos a caminar en la dirección señalada.Así fue que nos abrimos paso entre la maleza y la niebla, apenas veíamos nuestros zapatos. Las linternas eran nuestros ojos en aquel desolado pinar.Al cabo de dos horas de caminata llegamos al lugar elegido. Era un claro a la orilla del lago.
Ahora solo nos cabía esperar…

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