Sigo navegando entre los molestos y repugnantes vientos de agosto. El sol ya no luce atractivo en el horizonte.
He caminado horas y horas tratando de encontrar, he asomado al otro lado del muro y nada.
Horas y horas en el desconcierto de no saber.
Horas y horas de no poder llegar a donde quería
La tarde empezaba a agonizar cuando pude sonreír de una vez.
A la distancia pude divisarlo, si, finalmente lo encontré.
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