martes, 11 de marzo de 2008

Interpol: la épica del post punk pasó por Buenos Aires


Por Pablo Strozza.
Revista Rollingstone



La banda comandada por Paul Banks brindó un excelente show, ante un teatro atiborrado de fanáticos.

Interpol. Autor: Juan Hein

Sábado a la noche en Buenos Aires, con un clima más inestable que la relación entre Colombia y Ecuador, y una sorpresa: un Teatro Gran Rex que explotaba de fanáticos de Interpol, la gran mayoría con el uniforme negro de rigor. Algo inesperado dada la gran seguidilla de shows que se vienen, y una golpe de knock out para los agoreros que imaginaban un show casi vacío como el de The Rapture, a finales del año pasado, en el mismo lugar.

Y es que la banda neoyorquina confirmó en vivo lo que muchos sospechábamos tras escuchar sus tres discos: que son cosa seria. Un cantante con todas las letras, que llega sin esfuerzo a cualquier lado y que, caray, emociona (Paul Banks). Un bajista que aprendió todo de Simon Gallup, y con dominio de la escena –desde las sombras- apabullante (Carlos Dengler). A eso hay que sumar a un reloj cucú que hace las veces de baterista, un tecladista modesto pero oportuno, y un violero un poco cirquero, pero que no desentona. Una máquina de sonido.

Hay ecos a la épica de Joy Division, The Cure, Echo and The Bunnymen y el primer U2, sin dudas. Pero el mérito de los neoyorquinos es adaptar esa oscuridad sin que quede en el cliché. Un Banks que se dirigió a la audiencia en un castellano perfecto brilló a cada momento, pero llegó a la cima en los bises, al interpretar “NYC” y “Stella Was a Diver and She Was Always Down”, gemas de Turn on the Bright Lights, su primer álbum. En definitiva: la tribu dark argentina ya encontró un nuevo referente, que viene de la Gran Manzana. Ojalá que vuelvan.

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