martes, 4 de marzo de 2008

FEMME MIENNE


Estabas ahí sentada. El cielo se dibujaba en tus ojos. Yo te mirabas y reías.

Estabas rodeada de flores. Parecía que te homenajeaban.

Que bello será tenerte conmigo. Creo que sería demasiado premio para mí. Pero quien sabe, el desierto se vuelve bosque a veces y el deseo anula las limitaciones.

Vos estabas ahí sentada como en otra dimensión. La luz te iluminaba especialmente, sin reflejos, sin puntos oscuros.

Yo te miraba y en ese momento el tiempo se detenía

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