La mujer rostro Manson había soñado con llegar al castillo que se situaba en la cima de la montaña. Con sus constantes problemas psiquiátricos se había ido quedando en el camino. De ahí que en un momento decidió ir por el camino más corto y empezó a trepar en tal sentido. Sus movimientos nunca fueron del todo transparentes mas bien todo lo contrario.
Lenta pero de manera persistente construyó lazos con el único fin de beneficiarse en su cruzada.
Poco a poco se convirtió en la viuda negra del lugar, a muchos engrupió, eso si, su misión no fue gratis. Su orgullo se vio diezmado muchísimas veces pero eso es algo que la mujer rostro Manson no le importó demasiado.
Sus labios jamás pudieron pronunciar verdad. Su enredadera de codicia nunca le permitió esbozar ni un gramo de sinceridad. En ese lapso no dejó muñeco sin voltear, de todos sangre bebió. Su miserable realidad la dejó huérfana de dignidad.
Pero la señora Manson no podía volver atrás, demasiados muertos yacían en su placar, lo que no pudo es evitar que su enredadera de infantiles mentiras se prolongue y el boca en boca no tardó en masificarse. Entonces la pobre señora Manson un día sucumbió.
1 comentario:
Es muy bueno...!!!
Carlos
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