El centro se ha convertido en una gran feria. El quite de colaboración de los empleados municipales se traduce en paro total, no hay inspectores, nadie controla los parquímetros. Un gran mercado se asienta sobre las peatonales. Yo me convierto en un espectador pero también en un eventual consumidor de la super feria que cruza el centro de punta a punta.
En un momento eso me hace sentir libre, siento que soy dueño de las calles. Que puedo hacer lo que quiero.
Hacer lo que quiera. No se cuanto le irá a durar el intendente del orto que tenemos al Suoem. Mientras tanto podemos aprovechar para transgredir y transgredir, como me gustan las contravenciones.
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