Así conocí a la pequeña grande, que a pesar de todo goza de nobleza. ¿Qué será de ella en los próximos años? Cuando leí su redacción me incomodó adentro, estas situaciones me sensibilizan mucho y no es la primera vez que me sucede. Dejé de leer y empecé a visualizar para saber quién era. En la primera que pensé es en esa morochita que no se sienta jamás, y jamás te mira, con lo cual me cuesta amedrentarla.
Cuando llegué a la clase y devolví las redacciones fue en la única que presté atención, quería memorizarla. La pequeña grande era la niña “N” y esa clase me conmoví aún más. La niña “N” no sólo no era la morochita hiperactiva, sino que muy por el contrario, es callada, trabajadora, y participa (siempre en voz baja). En Lengua y literatura terminó el trimestre con el promedio más alto y por mérito propio.
La niña “N” vive en un hogar de día cerca de la escuela, fue abandonada por sus padres desde muy pequeña, me llegó a decir que dos veces por año la visita su madre biológica, pero ella está a cargo de una tutora, que es su responsable legal.
Sentir lástima es un sentimiento de mierda, ni siquiera sé como ofrecerle ayuda, que tipo de ayuda ofrecer mas que la contención, esa de la que tanto hablan las leyes y que tanto me cuesta aceptar.
Una tarde volviendo a casa me preguntaba que hacía la piba en el hogar donde vive, si veía tele, con quiénes convivía, si estaba bien alimentada, pensaba en todos los faltantes que tenía, empezando por los afectos.
Pregunté a las preceptoras por la niña “N”, me dijeron que ella es una excepción, que el año pasado tenían una alumna de ese hogar y la tuvieron que echar porque robaba celulares a sus compañeros, y que desde la fundación donde vivien lo tenían abandonados a su suerte, que los echaban y no los vuelven inscribir en ninguna escuela.
El primer reflejo tardío fue gestionar ante la vicedirectora un libro de Lengua y Literatura sin cargo para ella. La vice, que también es una persona sensible ante estas situaciones, aceptó inmediatamente. También me enteré que un profe quiere regalarle ropa y no sabe como enfrentarla. Es que queremos evitar ese sentimiento tan horrible de la lástima, no queremos que ella se dé cuenta.
Deseo y realidad, como combinarlas, ¿Qué será de tu futuro niña “N”.
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