Mis hermosos días grises descansan sobre tu almohada empapada en lágrimas
Mis zapatos de gamuza vibran sobre el charco de tu esquina
Mis húmedos rocíos y tus deseos secos se enfrentan en una batalla épica,
distorsionada, fatalista y feroz
Enjambres de sal sobre tu superficie helada
dejan vacío el remolino sobre mi café
Mis hombros cargan la piel
mientras tus ojos se desnudan sin aparecer.
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